Publicado 06/10/2023 22:20

AMP.- Brasil.- Hallan muertos a dos sospechosos de la ejecución de los tres médicos en Río de Janeiro

Maniobras de entrenamiento de la Policía Militar de Río de Janeiro (archivo).
Maniobras de entrenamiento de la Policía Militar de Río de Janeiro (archivo). - Europa Press/Contacto/Jose Lucena

El gobernador de Río reconoce que hacen frente a una "verdadera mafia"

MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Policía Civil de Brasil ha confirmado este viernes haber hallado los cuerpos sin vida de dos sospechosos de la ejecución un día antes de tres médicos que habían acudido a Río de Janeiro para asistir a un congreso sobre medicina.

Se trata de Philip Motta Pereira, alias 'Lesk', y el que se cree que era su mano derecha, Ryan Soares de Almeida. Ambos fueron encontrados junto a otros dos cadáveres dentro de dos coches en el barrio de Gardenia Azul, en la zona oeste de Río de Janeiro, no muy lejos de Barra da Tijuca, donde ejecutaron a los galenos.

'Lesk', cuyo cuerpo fue hallado en el maletero de un Toyota Laris, era un prófugo de la justicia, sería responsable de haber iniciado una guerra entre diferentes facciones criminales por el control del tráfico de drogas en la Zona Oeste de Río de Janeiro, según las investigaciones de la Policía.

De acuerdo con la Policía, habrían sido asesinados por la facción criminal a la que pertenecían en represalia por la muerte de los médicos, uno de los cuales, sostiene la investigación, fue confundido con Taillon de Alcantara Pereira Barbosa, miembro del grupo rival con el que se disputan el tráfico de drogas en esa zona.

Los otros dos cuerpos hallados sin vida aún no han sido indentificados. Además de 'Lesk' y Soares de Almeida, participó una tercer persona en el ataque contra los médicos, quien podría ser, según la Policía, Juan Breno Malta Ramos Rodrigues, alias 'BMW', otro con un amplio repertorio criminal, informa 'O Globo'.

Por su parte, el gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, ha reconocido que este tipo de episodios de violencia son un "problema" de todo Brasil. "Tenemos que parar de creer que es puntual", ha dicho en una rueda de prensa conjunta con el secretario ejecutivo del Ministerio de Justicia, Ricardo Cappelli.

"Solo conseguiremos tener existo en la lucha contra el crimen si es una lucha de todos, de estados, Gobierno Federal y autoridades locales. No es una pela entre traficantes y paramilitares, son una verdadera mafia, que se ha colado en las instituciones, en los poderes, en el comercio, en los servicios, incluso en el sistema financiero nacional", ha dicho.

Castro ha ahondado en la teoría policial de que fueron asesinados en represalia por su equivocación. Sin embargo, ha recalcado, esto no varía la investigación. "Tenemos que encontrar quiénes cometieron estos asesinatos. Tenemos que ver si estaban todos allí, si hubo más involucrados", ha señalado.

"No nos detendremos aquí. No porque se encuentren cadáveres las investigaciones se detendrán. Las investigaciones se ampliarán, continuarán. No retrocederemos ni un milímetro contra estas mafias", ha enfatizado Castro.

EJECUCIÓN DE LOS MÉDICOS

El ataque tuvo lugar en un bar en el barrio carioca de Barra da Tijuca. Las autoridades hallaron hasta 33 casquillos de bala en el lugar de los hechos. Otra cuarta víctima resultó herida por tres proyectiles, pero se encuentra estable.

La cámara de seguridad del bar muestra cómo entrada la media noche de este jueves, un coche blanco se detiene en el paso de peatones que hay en frente del establecimiento. De él descienden tres hombres y comienzan a disparar contra las cuatro víctimas cuando se encontraban cerca de la mesa en la que estaban sentados.

Entre las víctimas estaba Diego Ralf Bomfim, de 35 años, hermano de la diputada federal Samia Bomfim del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y cuñado del también diputado de esa formación Glauber Braga. Los cuatro se encontraban en Río de Janeiro para asistir a un congreso sobre medicina ortopédica.

Si bien la Policía barajó la posibilidad de que hubieran sido ejecutados por equivocación, también se barajó que pudiera tratarse de un crimen político debido al parentesco de una de las víctimas con dos diputados federales.