MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
El candidato de izquierda a la Presidencia de Chile, Gabriel Boric, ha rechazado este domingo, en plena jornada electoral de la segunda vuelta de las elecciones, las especulaciones sobre limpieza y el respeto a los resultados oficiales.
"Yo confío muchísimo (...) en las instituciones de Chile. A diferencia de lo que han hecho desde la otra campaña, yo no voy a poner en duda ni un segundo los resultados de la elección ni a instalar un manto de sospecha", ha afirmado Boric en declaraciones a la CNN.
"El SERVEL (Servicio Electoral de Chile) siempre ha funcionado muy bien. Creo que las instituciones y los poderes del estado van a estar a la altura de las circunstancias", ha añadido.
Boric ha aprovechado para hacer un llamamiento a acudir a votar "con tranquilidad". Por otra parte, al ser interrogado por la posibilidad de que haya una mujer al frente de Hacienda o Interior, Boric ha señalado que "es parte de las posibilidades" y ha defendido su compromiso de que el Gobierno sea paritario.
VOTO DE BACHELET
También ha votado ya la expresidenta chilena y Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien ha rechazado las acusaciones de injerencia o intervencionismo.
"Intervencionismo electoral para nada, ¿qué es lo que es intervencionismo? Es cuando un gobierno por ejemplo, ocupa recursos propios para apoyar a un candidato, pero yo soy expresidenta", ha indicado en relación a su apoyo explícito a Boric.
"¿Alguien podría pensar que un expresidente no puede tener opinión? Y además, ¿alguien podría estar sorprendida por cuál es mi opción? Creo que francamente, es muy raro eso", ha añadido.
Bachelet ha aprovechado para hacer un llamamiento a la participación. "Aquí estamos muy contentas. Compromiso con mi país de siempre (...). Tranquilidad, amor por la patria y, es algo obvio, quien salga electo, es el presidente de todos los chilenos", ha remachado.
Este domingo los chilenos eligen entre Boric y el ultraderechista José Antonio Kast, dos modelos políticos antagónicos entre el candidato de izquierda que se declara receptor de las demandas del estallido social y Kast, que reivindica la herencia económica de la dictadura de Augusto Pinochet y promete orden y seguridad.