MADRID, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
Robert Aaron Long, el hombre acusado de matar a ocho personas el pasado mes de marzo en salón de masajes y dos balnearios en Georgia y Atlanta, ha sido sentenciado este martes a cumplir cuatro cadenas perpetuas, sin posibilidad de libertad condicional, tras declararse culpable de cuatro de esos crímenes.
La jueza del Tribunal Superior de Cherokee, Ellen McElyea, ha dictado la sentencia horas después de que Long reconociera los hechos que ocurrieron la noche del pasado 16 de marzo, en la que acudió a un salón de masajes de ese condado del estado de Georgia y disparó contra quienes estaban allí, matando a cuatro personas.
Ese mismo día, Long está acusado de disparar a otras cuatro personas en dos balnearios en Atlanta. Cargos por los que todavía no ha sido juzgado. Long, de 21 años, había sido acusado formalmente de una veintena de cargos, entre ellos varios de asesinato, pero los fiscales decidieron agrupar algunos de ellos y llegar a un acuerdo con él para que se declarara culpable, como así ha hecho.
La fiscal del Distrito de Cherokee, Shannon Wallace, ha explicado en rueda de prensa que pese a las "despiadadas acciones" de Long, los supervivientes y las familias de las víctimas "optaron por pedir clemencia" y "prefiriendo que pasara el resto de su vida en prisión recordando su monstruosidad" en vez de solicitar la pena de muerte, informa la NBC.
En relación a estas cuatro víctimas, tres de ellas eran de origen asiático y dos trabajaban el establecimiento. Los asesinatos se produjeron durante una ola de ataques contra la comunidad asiáticoamericana en Estados Unidos, un año después de que estallase la crisis del coronavirus y en medio de una retórica racista con la que algunos sectores responsabilizaban a China de la pandemia.
Sin embargo, Long ha argumentado en todo el proceso que el ataque estuvo motivado por una "adicción sexual" y a la pornografía, en un intento por apartar las cuestiones raciales de los asesinatos, una teoría compartida por los fiscales del condado que aseguraron "no fue un crimen de odio", ha dicho Wallace.
De acuerdo con las pruebas aportadas por los fiscales, Long, después de pagar por uno de los servicios de masaje, disparó contra todas aquellas personas que se encontró a su paso antes de salir del establecimiento, entre ellas, las ya citadas trabajadoras y uno de los clientes.
Seis personas sobrevivieron al tiroteo, que duró apenas menos de diez minutos. Los fiscales mostraron que Long abandonó el establecimiento sobre las alrededor de las 4.50, hora local, poniendo rumbo hacia dos balnearios en Atlanta, en los que también fueron asesinadas otras cuatro personas en dos tiroteos.
La acusación asegura que Long planeaba poner rumbo a Florida pocos después de llevar a cabo estos crímenes para cometer uno de las mismas características, pero gracias a la intervención de sus padres que dieron la voz de alarma pudo ser detenido.
Está previsto que Long comparezca ante un tribunal del condado de Fulton, en Georgia, para que responda por los asesinatos en los dos balnearios de Atlanta.
La ONG Stop AAPI Hate, que examina los crímenes de odio contra la comunidad asiática, recordó después de estos dos ataques que en apenas un año se habían registrado casi 3.800 incidentes violentos, siendo las mujeres quienes sufren de forma desproporcionada la mayoría de ellos.