MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Al menos dos personas han muerto este viernes a causa de la represión de una nueva jornada de movilizaciones contra el Gobierno en la capital de Irak, Bagdad, según un balance oficial recogido por la agencia de noticias NINA.
El Ministerio del Interior ha indicado que 337 manifestantes y 72 miembros de las fuerzas de seguridad han resultado heridos durante los incidentes, la mayoría de ellos a causa de la inhalación de gases lacrimógenos.
Las fuerzas de seguridad han empleado gases lacrimógenos para intentar evitar que los manifestantes avanzaran hacia la conocida como 'Zona Verde', fuertemente fortificada y que aloja las principales sedes gubernamentales y diplomáticas.
Ali al Bayati, miembro de la Comisión para los Derechos Humanos, ha confirmado a la agencia alemana de noticias DPA el balance preliminar de víctimas y ha incluido entre los fallecidos a un anciano que habría muerto por problemas respiratorios.
Por otra parte, fuentes de seguridad y hospitalarias citadas por la agencia de noticias Reuters han indicado que tres personas han muerto por disparos de paramilitares chiíes en la ciudad de Nasiriya (sur).
Varias decenas de personas han resultado heridas en el suceso, después de que miembros del grupo Asaib Ahl al Haq abrieran fuego cuando los manifestantes intentaron irrumpir en la sede del grupo en la ciudad.
Asimismo, fuentes policiales han indicado que 18 personas han resultado heridas en Amara cuando un grupo de manifestantes ha intentado entrar en la oficina local de dicha milicia. Los balances sobre víctimas en Nasiriya y Amara no han sido confirmados por el Gobierno.
En el marco de las protestas, manifestantes han logrado entrar en la oficina del gobierno provincial de Uasit y en la vivienda del gobernador, Mohamed Yamil al Mayahi.
Por otra parte, las fuerzas de seguridad han evitado que los manifestantes irrumpieran en la sede del gobierno local en Basora, tal y como ha recogido la agencia NINA.
Los manifestantes han salido de nuevo a las calles para mostrar su malestar con el Gobierno, a pesar de las promesas de reformas lanzadas en los últimos días por el primer ministro, Adel Abdul Mahdi, que el jueves por la noche prometió una remodelación del gabinete para la próxima semana.
Hasta la plaza Tahrir de Bagdad han llegado de madrugada un grupo de personas ondeando banderas de Irak y coreando lemas contra el Gobierno y el Parlamento.
El ministro del Interior, Yasin Taher al Yasiri, se ha reunido con ellos y les ha prometido que las fuerzas de seguridad pretenden "proteger" a la ciudadanía y "no permitirán que nadie les ataque", según una nota del Ministerio.
La labor de las fuerzas de seguridad ha sido puesta en entredicho después de que al menos 149 civiles y ocho agentes hayan perdido la vida en la reciente ola de protestas, según el balance oficial. Una comisión gubernamental reconoció que el 70 por ciento de los fallecidos presentaban disparos en cabeza o pecho.
La máxima autoridad chií de Irak, el clérigo Ali al Sistani, ha criticado el informe, por considerar que "no ha revelado toda la verdad de una forma clara", y ha pedido contención tanto a manifestantes como a fuerzas afines al Gobierno para evitar una escalada de la violencia.
MENSAJE DE LA ONU
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se ha hecho eco de los informes conocidos en las últimas semanas, entre ellos uno difundido por la misión de Naciones Unida (UNAMI), y ha instado a las autoridades a investigar y juzgar a los responsables de los abusos detectados durante las protestas, que comenzaron el 1 de octubre por la "frustración" de la ciudadanía.
Ante la previsión de las "grandes protestas" de este viernes, una portavoz del Alto Comisionado, Ravina Shamdasani, ha pedido "calma a todas las partes" y, en particular, ha reclamado una actuación "calibrada y proporcional" a las fuerzas de seguridad, "para que no se repita el terrible balance de fallecidos y daños" de las últimas semanas.
Asimismo, ha expresado la "preocupación" de la oficina que dirige la expresidenta chilena Michelle Bachelet por el bloqueo de las redes sociales y el cierre "intermitente" del servicio de Internet.