MADRID, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un patrullero de la Policía municipal israelí ha fallecido este sábado en Tel Aviv como consecuencia de los disparos efectuados por un hombre armado e identificado como miembro del grupo terrorista Yihad Islámica.
El responsable de los disparos ha acabado muerto a tiros por otro patrullero, compañero del fallecido, según ha hecho saber el comisario de Policía de la ciudad, Kobi Shabtai, en declaraciones recogidas por el 'Times of Israel'.
El incidente ha tenido lugar en el barrio de Nachalat Binyamin cuando dos agentes de la Policía de Seguridad Municipal de Tel Aviv se acercaron a un individuo de apariencia sospechosa que paseaba por este abarrotado bulevar.
El sospechoso ignoró la orden de detención en un primer momento pero, cuando los guardias se bajaron de sus motocicletas, abrió inmediatamente fuego contra la pareja.
El fallecido ha sido identificado como Chen Amir, de 42 años. La pertenencia del atacante a Yihad Islámica ha sido confirmada por el servicio de Inteligencia nacional israelí, el Shin Bet y se trataría de Kamel Abu Bakr, de 22 años y residente de la ciudad cisjordana de Rumana.
Según la información que baraja el Shin Bet, Abu Bakr llevaba los últimos seis meses oculto en el campo de refugiados palestino de Yenín, en Cisjordania, y estaba bajo orden de busca y captura por parte de las fuerzas de seguridad israelíes, acusado de abrir fuego contra el Ejército israelí durante un enfrentamiento, también en Cisjordania.
El Shin Bet investiga cómo Abu Bakr consiguió entrar en Tel Aviv dada la orden que pesaba en su contra.
El incidente ha tenido lugar a pocas horas de una nueva y multitudinaria marcha en la ciudad contra los planes de reforma judicial del Gobierno israelí.
Los organizadores avanzaron que la protesta iba a tener lugar de todas formas a pesar de este suceso, en lo que al final se ha tratado de la 31 marcha semanal consecutiva contra el Ejecutivo del primer ministro, Benjamin Netanyahu, y sus socios de ultraderecha, que pretenden impulsar una reforma cuyos críticos entienden como un atentado contra la separación de poderes.