Actualizado 16/11/2012 08:37

Argentina.- La Fiscalía ordena investigar los abusos sexuales de la dictadura militar


BUENOS AIRES, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

La fiscal general de Argentina, Alejandra Gils Carbó, ha ordenado a todos los miembros del Ministerio Público que investiguen los casos de abusos sexuales, en el marco de los procesos judiciales en curso por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar (1976-1983).

En concreto, ha ordenado a los fiscales que tengan en cuenta el informe 'Consideraciones sobre el juzgamiento de los abusos sexuales cometidos en el marco del terrorismo de Estado", de la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las causas por las violaciones de los Derechos Humanos cometidas durante la dictadura militar.

El informe denuncia las deficiencias en el tratamiento judicial de los delitos sexuales cometidos durante dicho periodo y recomienda "hacer públicos, enjuiciar y castigar los delitos sexuales cometidos durante la dictadura militar, en el marco de los juicios por crímenes de lesa humanidad", según informa la agencia de noticias Télam.

Gils Corbé ha apuntado que "el informe es del todo compatible con las metas y objetivos que persigue el Programa del Ministerio Público Fiscal sobre Políticas de Género", creado el pasado 9 de noviembre con el fin de "difundir y sensibilizar sobre esta problemática".

La primera vez que se investigaron los delitos sexuales de la dictadura militar fue en 2007, cuando el entonces fiscal general, Federico Delgado, solicitó que se investigara a los ex represores Julio Simón, Samuel Miara y Juan Carlos Falcon por los abusos sexuales a los detenidos en centros clandestinos.

Tres años después, el Tribunal Federal de Santa Fe emitió la primera sentencia al respecto, condenando a once años de prisión al ex agente de Inteligencia Horacio Américo Barcos por abusar sexualmente de Amalia Ricotti durante su estancia en un centro de detención clandestino.

Poco después, el Tribunal Federal de Mar del Plata reconoció por primera vez que los abusos sexuales en los centros de detención clandestinos "no constituían hechos aislados, sino que conformaban una práctica habitual que se exteriorizaba a través de diversas conductas".