Actualizado 13/12/2011 21:58

Argentina.- Marcelo Figueras advierte a Europa de que Argentina salió del 'corralito' poniendo "la gente por delante"

Marcelo Figueras
EUROPA PRESS

El autor de 'Aquarium' sigue confíando en que el hombre está "programado" para saltar los "muros y banderas"


SANTANDER, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -

El periodista y escritor argentino Marcelo Figueras advierte a Europa de que su país logró salir del 'corralito' en que se vio atrapado hace ya diez años haciendo "lo contrario" de lo que le proponían, que era lo mismo que se está planteando y aplicando en el Viejo Continente.

Entonces, por lo que se apostó fue por "poner a la gente por delante" e invertir más en obra pública, educación y sanidad, al entender que "los muertos no pagan deudas", como recuerda que, gráficamente, declaró entonces en foros internacionales el presidente Néstor Kirchner.

Ahora, diez años después, el autor de 'Kamtchatka' cree que las cosas se hicieron bien y por eso asiste "con atención y dolor" a los actos de "alguien a quien quieres y comete un error del que tú ya has salido de modo distinto".

Allí se venía ya de un Estado "desmembrado", con las empresas públicas nacionalizadas y no se veía "salida posible" frente a ser "rehenes" de unos poderes económicos "sin ningún límite". "Trabajamos para aumentar las ganancias de esa gente", lamenta que siga pasando.

Con todo, Marcelo Figueras se muestra optimista y sigue pensando que, pese a la "intolerancia" y lo "fácil" que resulta culpar a otro de cualquier mal, el ser humano está "programado" para "saltar" las "banderas y los muros" que le rodean.

Esa es en parte la historia que cuenta en 'Aquarium', novela que escribió en 2009 y que presenta este martes en la Tribuna Literaria de la Obra Social y Cultural de Caja Cantabria.

A raíz de un viaje a Israel para contar otra historia que aún no ha escrito, Marcelo se topó con la segunda Intifada, la del año 2000, en la que, pese a la dureza del conflicto, se sorprendió de que fuera posible "encontrar lo maravilloso" dentro de una vida "crispada", en la que la constante "tensión" de que "algo puede pasar en cualquier momento" es algo que ya "forma parte del aire que se respira".

TRES HISTORIAS DE AMOR

Para transmitir ese sentimiento, Figueras se apoya en 'Aquarium' en tres historias de amor que acaban cruzándose y que tienen como pauta común la incomunicación.

La primera es la de un psicólogo forense argentino, que trata con presos y que acaba tan "amargado" que su mujer le "abandona". Al ir a buscarla a Israel, le coincide la segunda Intifada, y entabla un extraño romance "mudo" con una mujer judía que habla muchos idiomas, pero no español, con la que no puede comunicarse porque él no habla inglés u otros idiomas.

La segunda es la de un hombre mayor que, a raíz de la muerte de su esposa, "empieza a descubrir cosas que no sabía del todo" sobre ella y comienza a visitar el acuario de Tel-Aviv, donde trabajaba.

La última historia es la de un camionero que se encuentra abandonado a un niño sin documentos, al que sólo identifica un papel en el que sus padres fallecidos le piden que le cuiden. El chico no habla, y la indeterminación sobre su origen es tal que "ni siquiera" se puede saber si es judío o palestino y, en consecuencia, quien debe hacerse cargo de él.

Con estas historias se cruza la de un mamífero llamado narval, una especie de elefante marino con un cuerno similar al que se ilustra siempre en los unicornios.

Son todos "personajes rodeados de banderas y muros", del que el principal es la "intolerancia", la "negación del otro", algo común a todas las sociedades y conflictos, porque, en el fondo, es una "forma engañosamente fácil de explicar situaciones complejas",

Figueras ha lamentado "lo fácil que sale la intolerancia" y que culpar al otro sea "la respuesta más fácil", en una actitud, que, según pudo comprobar en sus viajes a Israel --el del año 2000 y otro que emprendió siete años después-- no comparte la mayoría de la sociedad.

Porque lo que sucede es que los Estados están "secuestrados" por poderes políticos y económicos, con Israel como ejemplo más significativo, con un gobierno que representa la parte "más extrema" de un pueblo "preparado y cosmopolita", que está "muy lejos de eso".