Actualizado 04/05/2017 19:46

Asientos preferenciales para mujeres: la polémica medida de Bogotá para acabar con el acoso sexual en los autobuses

Pasajeros en un autobús de Transmilenio en Bogotá
JOHN VIZCAINO / REUTERS

   BOGOTÁ, 4 May. (Notimérica) -

Mujeres sentadas y hombres de pie. Esta es el proyecto con el que el concejal de Bogotá Marco Fidel Ramírez quiere acabar con las agresiones sexuales que sufren las mujeres en los autobuses de TransMilenio, uno de los medios de transporte más utilizados en la capital de Colombia.

   Con esta posible nueva ley, que ya ha sido aprobada en un primer debate en el Concejo, Ramírez quiere crear asientos preferenciales para mujeres debido a los multitudes casos de acoso que sufren a diario viajando en transporte público.

   "En la competencia por una silla se presentan agresiones y maltratos físicos hacia la mujer y en este ambiente de caos, se facilitan los manoseos y abusos a través de roces o fricciones, que son acosos sexuales. Es un hecho que diariamente, al menos un millón de mujeres que van de pie en los buses, están en inminente y continúo riesgo de ser víctimas de acoso sexual o hurto", argumenta el concejal capitalino.

   El concejal Rubén Darío Torrado, coordinador ponente del proyecto, aseguró a Radio 'LA FM' que es una propuesta innovadora y mejorará las condiciones de vida y de movilidad de la mujer.

   En tanto, el subgerente de Transmilenio, Gustavo García, sostuvo que "las sillas tienen que ser preferenciales y no exclusivas. Así mismo, se harán campañas con la Secretaría de la Mujer y la Policía para que se respete a la mujer en el sistema".

   Este planteamiento ha causado diferentes pronunciamientos de feministas, e incluso mujeres que no son cercanas a este movimiento rechazan la medida, como la secretaria de la mujer, Cristina Velez, quien indicó que "el proyecto no es una solución a este tema tan sensible, lo que tenemos trabajar es que las sillas se deben ceder a quien las necesite independientemente de su condición.

   Uno de estos grupos que ha hecho ver su descontento ha sido el movimiento feminista artesanal, cuya portavoz Mar Candela sostiene que la medida es un error social, político y humanitario. "Queremos una ciudad donde las mujeres podamos estar en la calle con la tranquilidad de que nadie va a responsabilizarnos de ser víctimas sin importar nuestra ropa, la hora en que estemos en la calle, nuestra personalidad, si vamos de pie o sentadas en el transporte público o cualquier otra excusa para justificar la violencia machista", señala Candela en un comunicado recogido por el diario 'Publimetro'.