MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Australia ha aplazado este lunes y hasta el 15 de diciembre la reapertura de sus fronteras ante la expansión de la variante ómicron del coronavirus, si bien estas permanecerán abiertas para los ciudadanos australianos.
La decisión ha sido tomada después de que el primer ministro, Scott Morrison, se reuniera con la Comisión de Seguridad Nacional del Gabinete debido a la preocupación provocada por la aparición de la variante, si bien los expertos aseguran que es demasiado pronto para saber si esta desencadenará casos más graves de la enfermedad.
Así, el mandatario ha confirmado que las personas procedentes de países como Japón y Corea del Sur --que en un principio iban a poder entrar en Australia esta semana-- no podrán hacerlo al menos hasta mediados de diciembre. La idea, tal y como ha señalado el Gobierno, es ganar tiempo para analizar el peligro que puede suponer esta nueva variante.
Morrison ha mantenido conversaciones, además, con los líderes a nivel estatal y regional, según informaciones del diario 'The Sydney Morning Herald'. El plan inicial de Canberra era permitir la entrada a partir de este miércoles a estudiantes, trabajadores y otros ciudadanos extranjeros que cuentan con la pauta completa de vacunación.
Esta iniciativa, sin embargo, ha cambiado ahora que se han detectado cinco casos de la variante ómicron y a pesar de que el ministro de Sanidad, Greg Hunt, ha destacado que Australia está preparada para "cualquier tipo de variante". "No solo estamos preparados en términos de vacunación sino en términos hospitalarios", ha recalcado.
El Gobierno ya había suspendido los vuelos procedentes de una decena de países del sur de África y ha vuelto a imponer el aislamiento para aquellos que hayan llegado recientemente al país.