MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Azerbaiyán ha rechazado este jueves ante la Corte Internacional de Naciones Unidas las acusaciones presentadas por Armenia de discriminación racial, algo que habría motivado "asesinatos en masa, torturas y abusos", según la denuncia de Ereván, que por su parte, ha instado al tribunal a adoptar medidas "urgentes".
El viceministro de Exteriores de Azerbaiyán, Elnur Mammadov, ha defendido ante el principal órgano judicial de Naciones Unidas que Bakú se compromete a defender los valores fundamentales", por lo que "no aprueba las declaraciones o acciones que promuevan el odio o inciten a la violencia contra los armenios como grupo nacional o étnico".
En este sentido, ha pedido a la corte que rechace la demanda de Armenia de imponer medidas provisionales.
Por su parte, el representante de Armenia en el proceso, Yeghishe Kirakosyan, ha presentado los "reclamos y hechos legales, pruebas que justifican las circunstancias de la demanda de Armenia de aplicar medidas urgentes", recoge la agencia Armenpress.
"Durante décadas, Azerbaiyán ha sometido a los armenios a la discriminación racial" por lo que sus ciudadanos "han sido objeto de discriminación sistémica, asesinatos en masa, tortura y otros abusos", indicó Armenia en su denuncia el pasado 16 de septiembre, que fue contestada por Azerbaiyán en el mismo tono y con acusaciones similares.
Ereván ha lamentado, además, que estas prácticas se volvieron a poner de manifiesto durante septiembre de 2020, durante el periodo de alta tensión entre ambas naciones en la región de Nagorno Karabaj.
Armenia y Azerbaiyán protagonizaron un enfrentamiento hace un año por hacerse con el control de Nagorno Karabaj, un territorio con población mayoritariamente armenia que es foco de conflicto desde que decidiera separarse en 1988 de la región de Azerbaiyán integrada en la Unión Soviética.
Las hostilidades entre ambas naciones, que se prolongaron durante seis semanas y dejaron miles de muertos. Finalmente cesaron cuando los dos países alcanzaron un acuerdo sobre el alto el fuego con la mediación de Rusia, por el que se permitía que las fuerzas de paz rusas se establecieran en Nagorno Karabaj por un periodo de cinco años.