RIGA, 29 Sep. (DPA/EP) -
Lituania y Letonia han iniciado la construcción de una valla fronteriza para intentar frenar el flujo migratorio que llega desde Bielorrusia con especial profusión en los últimos meses y que desde los países bálticos es visto como una represalia por parte de Minsk a las sanciones económicas impuestas desde Bruselas.
El Gobierno de Vilna ha comenzado por su parte la construcción de una cerca con rollos de alambre de espino de más de 500 kilómetros en su frontera cercana a la ciudad sureña de Druskininkai, así como otra serie de trabajos del mismo tipo en otras zonas expuestas a estos intentos por cruzar a Lituania.
Las autoridades lituanas han detallado este miércoles que la construcción, de unos cuatro metros de alturas, será reforzada para finales de año con una nueva cota de alambre de púas. La obra esta valorada en unos 152 millones de euros.
En el caso de su vecina Letonia, se está trabajando en levantar una cerca similar a la de Lituania, de la que ya se habrían cubierto cerca de dos kilómetros. Por el momento, las autoridades han reforzado los tramos en los que ya se disponía de vallado, disponiendo más de 37 kilómetros de alambre de espino.
Los países del Báltico que comparten frontera con Bielorrusia, así como Polonia, han reforzado sus fronteras ante este inusitado aumento por cruzar la frontera y han acusado a Bielorrusia de avituallar a las personas migrantes, la gran mayoría de ellas procedentes de Oriente Próximo y algunos países africanos, que esperan para poder cruzar.