MADRID 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
La enviada especial de Naciones Unidas a Birmania, Julie Bishop, ha asegurado este martes que el país se encuentra en "el camino a la autodestrucción" si no cesa la violencia derivada de la guerra civil que estalló en febrero de 2021, y mientras enfrenta las consecuencias por el terremoto de marzo de este año que dejó cerca de 4.000 muertos y más de 5.000 heridos.
"La violencia no ha cesado, a pesar de que miles de personas han muerto y otras miles han resultado heridas", ha denunciado en una comparecencia ante la Asamblea General de la ONU, donde ha insistido en la urgencia de "una desescalada de la violencia y un enfoque en las necesidades de la población" para poder lograr "una paz inclusiva y duradera", ya que los enfrentamientos armados siguen obstaculizando los esfuerzos de ayuda y reconstrucción.
La representante de la ONU ha pedido que se haga una prioridad proteger a la población civil en un contexto de múltiples treguas violadas por distintas partes del conflicto, que sigue presentando una actividad intensa.
Este mismo martes, los rebeldes del birmano Ejército Popular de Liberación (PLA) han reivindicado el derribo de un avión de las Fuerzas Armadas durante una serie de enfrentamientos para hacerse con el control de la comisaría de Kan Dauk, en la localidad de Pale, situada en la occidental región de Sagaing.
LAS ELECCIONES DE DICIEMBRE, "INCONCEBIBLES"
Sobre las elecciones que la junta militar pretende celebrar y presentarse en diciembre, Bishop ha advertido de que crearían "mayor resistencia e inestabilidad", pues sería "inconcebible" que puedan ser inclusivas y transparentes con los múltiples líderes políticos detenidos por la dictadura.
A este respecto, ha reiterado el llamamiento de la ONU para que se libere a todos los presos detenidos arbitrariamente, incluidos los líderes elegidos democráticamente Win Myint y Aung San Suu Kyi.
La enviada de Naciones Unidas ha abordado también la grave situación que atraviesa la minoría rohingya --principalmente musulmana--, tanto en Birmania como en Bangladesh, haciendo frente a abusos, reclutamiento forzoso y la pronunciada disminución de las ayudas. "Un futuro viable para Birmania debe garantizar la seguridad, la rendición de cuentas y las oportunidades para todas sus comunidades, incluidos los rohingya", ha defendido.