MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Varios relatores de Naciones Unidas han pedido este miércoles a las empresas birmanas tomar medidas ante la violación de Derechos Humanos que se está produciendo en el país por parte de la junta militar y cumplir con sus responsabilidades en este sentido.
Tal y como han señalado, el golpe de Estado del 1 de febrero ha puesto a las compañías birmanas y a aquellas que tengan relación con estas en una situación "complicada". "Aunque muchos empresarios han reiterado su apoyo al Estado de Derecho y han recortado sus vínculos con la junta, muchos siguen haciendo negocios con los militares como si nada hubiera pasado", han advertido en un comunicado.
Así, han aseverado que a medida que la junta "intensifica su campaña de represión contra el pueblo birmano, los expertos piden a las empresas actuar en defensa de los Derechos Humanos para evitar contribuir a las violaciones".
"Debido a que las violaciones de Derechos Humanos han aumentado en Birmania es necesario que los estados, las empresas y los inversores tomen medidas proporcionadas cuanto antes", ha dicho Surya Deva, subdirector del grupo de trabajo sobre empresas y Derechos Humanos.
En este sentido, el relator especial sobre la situación de los Derechos Humanos en Birmania, Tom Andrews, ha manifestado que "los negocios, de forma individual o colectiva, deben hacer frente en la medida de lo posible a la junta militar y frenar lo que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos ha calificado como posibles delitos de lesa humanidad".
Andrews ha hecho hincapié en que todo apunta a que los intereses económicos del Ejército, como el acceso a armas y tecnología, "sigue prácticamente intocable". Los relatores han respaldado asimismo el llamamiento del Consejo de Derechos Humanos para que los estados cuyas empresas invierten en Birmania "adopten medidas adecuadas para proteger en gran medida los Derechos Humanos y garantizar que sus actividades no conllevan daños" de este tipo.
Además, han pedido a los estados instar a las instituciones financieras a "ejercer una mayor diligencia y cortar los lazos con las Fuerzas Armadas" de Birmania. "Puede llegar un punto en el que las empresas deban suspender sus operaciones o incluso considerar la salida del país si los riesgos de participación en abusos de los Derechos Humanos no se pueden gestionar de manera razonable", ha dicho Deva.