MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Al menos 76 miembros de las Fuerzas Armadas de Birmania, tres milicianos y dos civiles han muerto en los últimos cuatro días de combates entre las fuerzas regulares y las milicias de las Fuerzas de Defensa Popular que aglutinan a distintas organizaciones armadas étnicas y prodemocráticas.
Las fuerzas rebeldes han informado de enfrentamientos en los estados de Shan y Chin y en las regiones de Magwe, Sagaing, Mandalay y Tanintharyi, según recoge el portal de noticias Irrawaddy.
En Shan al menos 16 militares han muerto y siete más han resultado heridos en enfrentamientos con el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Birmania (EADNB), que atacó una posición en la que había 30 militares llegados recientemente a la zona.
El resto de los militares huyeron tras dos horas de enfrentamientos. Después las milicias rebeldes se hicieron con armamento y munición, así como con equipo como radios y teléfonos de satélite.
Mientras, en Magwe efectivos de una veintena de grupos de la resistencia atacaron a un contingente de 80 militares en Yesagyo. Los rebeldes atacaron el de octubre y lograron forzar la retirada de los militares, que sin embargo regresaron con refuerzos al día siguiente, lo que obligó a las milicias a retirarse por no tener suficiente munición. Los rebeldes aseguran que 40 militares murieron en los dos días de combate y también falleció un miembro de los Tigres Negros de Myingyan.
Por otra parte, dos milicianos de la Fuerza de Defensa de Chinland y del Ejército Nacional Chin, brazo armado del Frente Nacional Chin, murieron el pasado jueves en combate con las fuerzas regulares en Thantlang, estado de Chin.
En Sagaing al menos diez militares han muerto este domingo, concretamente en Wetlet, en enfrentamientos con las milicias de la resistencia, que emplearon minas terrestres para emboscar un convoy militar.
Birmania se ha visto sumida en una grave crisis desde el golpe de Estado y, según estimaciones de Naciones Unidas, más de 560.000 personas se han visto obligadas a desplazarse a causa de la violencia. La cifra de fallecidos es casi imposible de verificar, pero ONG locales como la Asociación de Presos Políticos de Birmania apuntan a 4.148 civiles muertos desde la asonada.