Publicado 09/08/2020 22:41

Bolivia.- El Gobierno boliviano lamenta la ausencia del MAS en el diálogo pero le acusa de politizar los bloqueos

La presidenta en funciones de Bolivia, Jeanine Áñez
La presidenta en funciones de Bolivia, Jeanine Áñez - Diego Valero/ABI/dpa

MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno boliviano ha lamentado la ausencia de algunas organizaciones políticas, como el Movimiento al Socialismo (MAS) del expresidente Evo Morales, en la mesa de diálogo convocada para este domingo por la presidenta interina, Jeanine Áñez, para resolver las múltiples crisis en el país.

No obstante, el Gobierno ha criticado los bloqueos de carreteras impuestos por los sindicatos, afines al MAS, por demostrar un carácter político, y les ha desafiado a revelar sus "verdaderas intenciones".

"Lamentamos la ausencia de los representantes de algunos partidos políticos y agradecemos la participación de la Iglesia Católica y organismos internacionales que cumplen un rol de observación y mediación", ha hecho saber el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, en declaraciones a la Agencia Boliviana de Información (ABI).

"La ruptura del diálogo (con el Legislativo) evidencia que el propósito de las movilizaciones era otro y no el de definir la fecha de las elecciones", ha añadido.

El Gobierno boliviano ha pedido al MAS y a los partidos políticos revelar sus intenciones y su agenda política. Además, reprochó la actuación "inhumana y criminal" promovida por la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad, que aglutina a sectores afines al MAS.

El Gobierno denuncia que los bloqueos de los sindicatos -- que exigen un adelantamiento de las elecciones, originalmente fijadas para octubre, al mes de septiembre -- en las carreteras del país están dificultando enormemente la lucha contra el coronavirus.

La actual crisis política en Bolivia estalló con las pasadas elecciones del 20 de octubre. La oposición denunció un fraude electoral por parte de Morales que vino a ser confirmado por la Organización de Estados Americanos (OEA) al detectar "irregularidades".

Morales dimitió y se exilió --primero a México y luego a Argentina--, dando lugar a una ola de disturbios que se saldó con más de 30 muertos en enfrentamientos entre partidarios y detractores suyos y con las fuerzas de seguridad.

Los partidos acordaron repetir las elecciones el 3 de mayo pero tuvieron que ser aplazadas por el coronavirus. Ante la imposibilidad de fijar una nueva fecha, el Congreso --controlado por el MAS-- señaló el 6 de septiembre, algo aceptado por el Tribunal Supremo Electoral, aunque no tanto por el Gobierno, que insistía en aplazar aún más los comicios.

Finalmente, el TSE anunció a finales de julio que la votación tendrá lugar el 18 de octubre. "Esta elección requiere las mayores medidas de seguridad sanitaria posibles para proteger la salud de los bolivianos", esgrimió Romero.

El MAS, por su parte, denuncia una táctica del nuevo oficialismo para impedir que su candidato Luis Arce, favorito en las encuestas antes de la crisis sanitaria, gane las elecciones presidenciales.