Publicado 06/03/2021 10:05

Bolivia.- El MAS busca consolidarse este domingo en los comicios subnacionales de Bolivia, el último reto del 'evismo'

Archivo - El expresidente Evo Morales junto al expresidente Álvaro García Linera.
Archivo - El expresidente Evo Morales junto al expresidente Álvaro García Linera. - GASTON BRITO MISEROCCHI - Archivo

Las encuestas otorgan las principales ciudades y departamentos a la oposición

MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

Bolivia elige este domingo a casi 5.000 alcaldes, gobernadores, asambleístas y otras autoridades locales en los comicios subnacionales, que se perfilan como la prueba definitiva del 'evismo' y del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), que busca consolidarse en el poder tras su regreso en las pasadas presidenciales y que tendrá que afrontar la fragmentación del voto.

Los más de 7,1 millones de bolivianos que están llamados a las urnas en esta jornada electoral deberán elegir a 4.962 nuevas autoridades, que se distribuyen en 583 autoridades departamentales, 27 regionales y 4.352 municipales.

Estas elecciones departamentales, regionales y municipales supondrán la prueba de fuego de la supervivencia del 'evismo', después de que en las últimas elecciones presidenciales el movimiento arrasara tras un retorno triunfal del expresidente Evo Morales, que había abandonado el país en 2019.

A pesar de que las encuestas señalan una victoria masista a nivel general en los comicios, ya que sigue teniendo en las zonas rurales y suburbana su mayor apoyo, hay territorios que ya encaran las elecciones con una clara apuesta anti MAS, como el departamento de Santa Cruz, tradicional bastión de la oposición en el país, con cada vez una más constatada fragmentación del voto.

Además, la victoria del oficialismo no será en principio tan arrolladora como en las presidenciales, ya que al tratarse de elecciones locales hay una multiplicidad de movimientos políticos que no se vieron en noviembre de 2020.

DINÁMICA ELECTORAL

En el caso de los gobernadores, son nueve en total los que elegirán los bolivianos, que se corresponden con los nueve departamentos en los que está dividido el país --Chuquisaca, La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Tarija, Potosí, Oruro, Beni y Pando--. Los candidatos tendrán que obtener más de un 50 por ciento o más de un 40 con una diferencia de diez puntos respecto al segundo para no tener que optar a una segunda vuelta.

En algunos de estos departamentos, como Pando o Santa Cruz, también se elige a un vicegobernador o subgobernadores.

También estarán incluidos en las papeletas los candidatos para las Asambleas Departamentales y para las Regionales, así como para los Concejos Municipales y las Alcaldías --en total 336--.

En cuanto a los partidos que se enfrentarán en estos comicios, la variedad es amplia, ya que no todos concurren a nivel nacional y hay una batería de formaciones que solo tienen representación departamental. Sin embargo, permanece la tónica que ha marcado la política boliviana en los últimos años: una marcada polarización entre el MAS y los partidos opositores, que a su vez todavía no han conseguido unir fuerzas bajo una misma agrupación.

VICTORIA AMARGA

A pesar de que el MAS conseguiría gran parte de los cargos disputados, no lograría vencer en todos los departamentos y ciudades del conocido como eje central--La Paz, Cochabamba y Santa Cruz--.

Según la última encuesta de CiesMori, el MAS solo lograría hacerse con Cochabamba, uno de sus emblemáticos bastiones, aunque desde la formación ya han avisado de que no se dejarán guiar por encuestas, ya que esta misma encuestadora auguró una segunda vuelta para las pasadas presidenciales en las que finalmente acabó triunfando el oficialismo.

Según este sondeo, el candidato masista de Cochabamba contaría con el 59 por ciento de los votos, mientras que en Santa Cruz lidera el conservador y excandidato presidencial Luis Fernando Camacho con el 40,1 por ciento. Por otro lado, los resultados de La Paz auguran una segunda vuelta, aunque encabeza un exministro del Gobierno de Jeanine Áñez.

EVO VS EVA

Uno de los duelos más mediáticos y polémicos que ha marcado la campaña electoral boliviana ha sido el establecido entre el MAS de Morales --que se ha dedicado plenamente a la campaña-- y la expresidenta del Senado Eva Copa, que previsiblemente arrebatará al MAS uno de sus mayores feudos políticos, El Alto, la segunda ciudad más poblada del país.

Tras ser expulsada de las filas del MAS, con el que ha ostentado cargos desde 2014, Copa es la principal favorita para la Alcaldía de El Alto. La escisión entre la expresidenta del Senado y el movimiento político se vio propiciada por el rechazo de la cúpula del partido a las aspiraciones electorales de Copa.

Al frente del movimiento Jallala, Copa aspira según la encuesta de CiesMori al 74,9 por ciento de los votos en El Alto.

Morales, por su parte, y a pesar de haberse alejado en cierta medida de la política tras no ostentar ningún cargo en la nueva Administración de Luis Arce, ha participado activamente en la campaña del MAS tras conocerse que no concurre como favorito en los departamentos clave.

Así, el 'evismo' ha participado en actos de candidatos a alcalde y gobernadores a lo largo de toda Bolivia, como caravanas marcadas por las aglomeraciones y la ausencia de las mascarillas, desde las que no ha dudado de lanzar acusaciones encubiertas contra Copa.

"Tenemos que garantizar la unidad para defender el Gobierno del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca. Las alcaldías y gobernaciones son importantes para trabajar de la mano", ha enfatizado durante la campaña Morales, objeto incluso de agresiones por las reticencias que ha provocado su influencia en la elección de candidatos.

POLÉMICA ELECTORAL

El proceso electoral para estas subnacionales no ha estado exento de polémicas, con la inhabilitación de algunos candidatos, así como procesos judiciales abiertos contra algunos de ellos, y una división interna dentro del propio MAS, que ha protagonizado múltiples confrontaciones con la oposición.

Tanto Jeanine Áñez, expresidenta interina del país y candidata a la gobernación de Beni, como el excandidato presidencial Luis Fernando Camacho han sido citados por la Fiscalía, mientras que otro de los candidatos más mediáticos, Rafael 'Tata' Quispe, ha sido condenado a dos años de cárcel por un caso de acoso político a una excandidata del MAS en las subnacionales de 2015.

Mientras que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) inhabilitó al candidato opositor a edil de Cochabamba Manfred Reyes Villa, favorito en las encuestas y que arrebataría la ciudad de las manos del MAS, finalmente el órgano ha revocado su decisión.

Además, el cierre de campaña, este miércoles, ha estado marcado por el luto tras la muerte de siete estudiantes al romperse una barandilla en la Universidad Pública de El Alto.

FANTASMA ELECTORAL

Las elecciones en Bolivia se abordan marcadas por el fantasma de la historia reciente de la crisis política generada en 2019, cuando tras las elecciones presidenciales, el ganador de las mismas, Evo Morales, se vio obligado a dimitir del cargo.

Tras los comicios del 20 de octubre de 2019, la oposición denunció un fraude electoral por parte de Morales que vino a ser confirmado por la Organización de Estados Americanos (OEA) al detectar "irregularidades". El Ejército y la Policía retiraron su apoyo a Morales, que terminó huyendo del país, tras lo cual Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta.

Ante esta nueva cita electoral, la Policía boliviana ya ha anunciado que desplegará 25.000 efectivos a lo largo de todo el territorio para garantizar el desarrollo seguro de la jornada, mientras que la OEA y la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) enviarán sendas misiones para garantizar la transparencia del proceso.