Actualizado 20/09/2012 07:38

Bolivia.- La ONU lamenta "profundamente" la muerte del minero e insta a solucionar el conflicto de Colquiri con diálogo


LA PAZ, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

Naciones Unidas ha lamentado "profundamente" la muerte de un minero en las protestas que se vivieron ayer en La Paz, al tiempo que ha instado a las partes a solucionar el conflicto por el control del yacimiento de estaño y zinc de Colquiri a través del diálogo.

La organización internacional ha expresado sus "más sentidas condolencias" a la familia de Héctor Choque, que falleció después de que una explosión de dinamita le provocara la amputación de la mano izquierda, así como múltiples heridas que le llevaron a un estado de coma.

Además, la ONU ha deplorado los disturbios que se produjeron el pasado martes en La Paz, cuando miles de mineros cooperativistas y privados se enfrentaron por el control de Colquiri, acabando con la vida de Choque e hiriendo a otras siete personas. En concreto, ha expresado su "consternación" por el uso de dinamita.

"La vida y la integridad de innumerables personas, entre ellos niños y niñas que salían de las escuelas, estuvieron en peligro", reza el comunicado difundido por la Oficina de Naciones Unidas en Bolivia.

Así, ha instado a las autoridades bolivianas a investigar los hechos y a sancionar a los responsables, al tiempo que ha confiado en que "tomarán las previsiones para impedir en el futuro el injustificable uso de explosivos en estas circunstancias".

Por otro lado, se ha sumado a los llamamiento del presidente del país, Evo Morales, del Defensor del Pueblo, de la Iglesia Católica y de otras instituciones, "para que se resuelva este conflicto en paz, a través del diálogo y respetando las diferencias".

"Naciones Unidas expresa su esperanza de que dicho diálogo se base en la buena fe y en la disposición sincera de las partes a ceder posiciones y conciliar intereses, con miras a lograr una convivencia genuina y duradera", apunta.

El yacimiento fue nacionalizado el pasado mes de junio y, desde entonces, mineros cooperativistas y privados reclaman su control al Gobierno. Los primeros piden la nacionalización completa y los segundos un permiso definitivo para explotarlo.