Actualizado 31/07/2009 23:46

Bombas en mezquitas Bagdad dejan al menos 28 muertos

Por Muhanad Mohammed y Waleed Ibrahim

BAGDAD (Reuters/EP) - Bombas cerca de cinco mezquitas chiítas causaron el viernes la muerte de al menos 28 personas en Bagdad, informó la policía, mientras iraquíes culpaban a fuerzas locales, que están asumiendo el control de la seguridad, de fracasar a la hora de protegerlos.

Las explosiones, que parecían tener como objetivo a los musulmanes chiítas que realizaban las oraciones del viernes, fueron un recordatorio de la capacidad de los militantes en Irak pese a un retroceso de la violencia en el país en los últimos 18 meses.

Al menos 130 personas resultaron heridas.

En el peor ataque, un coche bomba explotó durante las oraciones en una mezquita repleta en el distrito de Shaab, en el norte de la capital, dejando al menos 23 personas muertas.

"Esto es todo culpa vuestra. Os dijimos lo del coche," gritaba la multitud a las fuerzas de seguridad iraquíes. Otros maldecían y los niños les tiraban piedras, según un testigo de Reuters. El coche había sido identificado como sospechoso por varios transeúntes.

Tras la explosión, el sitio quedó cubierto de zapatillas abandonadas y sangre. Cerca había un automóvil carbonizado.

Las congregaciones religiosas chiítas han sido blanco de Al Qaeda, que los considera herejes.

Las fuerzas de combate estadounidenses se retiraron de los centros urbanos el mes pasado, medida que elevó los temores entre muchos iraquíes de que sus propias tropas no estén capacitadas para manejar la seguridad, más de seis años después de la invasión liderada por Estados Unidos.

Un hombre que trabajaba en un estacionamiento cerca de la mezquita comentó a Reuters TV que había intentado advertir al Ejército iraquí de un coche sospechoso.

"Había un taxi en el estacionamiento que parecía sospechoso. Llamé al Ejército iraquí para que echara un vistazo, pero dijeron que no pasaba nada malo con él. Quince minutos después, explotó", precisó.

En el otro lado de la ciudad, dos bombas estallaron casi al mismo tiempo cerca de una mezquita emplazada en una zona del sureste, junto al puente de Diyala, causando la muerte de cuatro personas.

Otro coche bomba explotó en Zaafaraniya, en el sureste de la ciudad, matando a una persona.

Dos bombas más junto a mezquitas en los distritos de Kamaliya y Alam, hirieron a nueve personas.

"Aquellos que realizaron estos actos apuntando a los fieles son enemigos de Irak, sin principios ni valores", expresó el mayor general Abboud Qanbar, jefe de las fuerzas iraquíes en Bagdad.

SE ESPERA MAS VIOLENCIA

Pocas semanas atrás, las fuerzas de combate estadounidenses abandonaron ciudades y centros urbanos iraquíes y Washington está preparándose para retirar todas sus tropas para el 2012.

Durante una visita a Irak esta semana, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, dijo que podrían acelerar sus planes de retirada en la medida en que el país se estabiliza.

Las fuerzas iraquíes han mejorado mucho, pero les falta el equipamiento y la tecnología para luchar contra una persistente insurgencia.

El ministro del Interior Jawad al Bolani defendió la actuación de estas tropas ante preguntas de varios periodistas por los atentados en Bagdad.

"La diferencia entre la situación de seguridad anterior y la actual es como entre la noche y el día," afirmó.

Funcionarios estadounidenses dicen que Al Qaeda y otros grupos insurgentes sunitas, más activos en zonas en el norte de Bagdad donde se mezclan grupos étnicos, están intentando reiniciar el conflicto sectario que estuvo a punto de llevar al país a una guerra civil entre 2006 y 2007.

También existen preocupaciones sobre la potencial violencia entre la mayoría árabe y la minoría kurda en el norteño enclave principalmente autónomo. Los kurdos tienen su propio Ejército y no han dado signos de ceder en sus exigencias por los disputados territorios.

Funcionarios estadounidenses e iraquíes también esperan un aumento de la violencia de cara a las elecciones generales que se realizarán en enero.

En ellas se espera que el primer ministro, el chiíta, Nuri al Maliki, capitalice la mejora en seguridad para presentarse como un líder nacionalista que ha traído la estabilidad a Irak.

"Culpo al Gobierno y a los funcionarios de seguridad de Bagdad por estas explosiones", dijo Raad Souar, un político cercano al movimiento del clérigo radical chiíta Moqtada al-Sadr.

"La razón del alto número de víctimas es la débil seguridad de Bagdad", añadió.