Actualizado 21/06/2013 07:07

La CIDH insta a investigar "un posible uso abusivo de la fuerza" en las protestas sociales


WASHINGTON, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha expresado su "preocupación" por la violencia ejercida contra manifestantes y periodistas en Brasil durante las protestas sociales de estas semanas y ha instado a las autoridades brasileñas a investigar "un posible uso abusivo de la fuerza".

"La CIDH observa con preocupación que en el contexto de dichas manifestaciones, particularmente en la del 13 de junio, podrían haberse producido abusos por parte de agentes de la fuerza pública contra manifestantes y periodistas", ha dicho en un comunicado.

El organismo regional se ha hecho eco de la prensa brasileña, según la cual "más de 100 personas habrían resultado heridas por impactos de balas de goma y golpes de porras, o afectadas por bombas de gas lacrimógeno y gas pimienta".

"Asimismo, durante una manifestación realizada el 16 de junio en la ciudad de Río de Janeiro, agentes de la Policía Militar habrían lanzado bombas de gas lacrimógeno contra un grupo de manifestantes que se había refugiado en un parque, afectando también a familias, niños y niñas que no participaban en las manifestaciones", ha añadido.

También ha señalado a "las agresiones y detenciones a periodistas en el marco de las manifestaciones". La CIDH ha mencionado más de una veintena de casos, entre ellos los de los fotógrafos Sérgio Silva, que podría perder la visión de su ojo izquierdo al resultar herido con una bala de goma, y Filipe Araújo, atropellado por un coche patrulla.

La CIDH ha recordado que, aunque "en algunas manifestaciones se habrían reportado hechos aislados de violencia como la destrucción y quema de autobuses, saqueos y daños a edificios públicos, la gran mayoría han sido pacíficas".

LLAMAMIENTO DE LA CIDH

En este contexto, ha instado al Estado de Brasil "a investigar el posible uso abusivo de la fuerza y, en su caso, juzgar y castigar a los responsables", así como "a garantizar y proteger la integridad física y seguridad de los manifestantes y periodistas".

"El uso de la fuerza en manifestaciones públicas debe ser excepcional y en circunstancias estrictamente necesarias conforme a los principios internacionalmente reconocidos", ha subrayado.

No osbtante, ha reconocido el derecho de un Estado a "imponer limitaciones razonables a las manifestaciones con el fin de asegurar el desarrollo pacífico de las mismas o dispersar aquellas que se tornan violentas, siempre que tales límites se encuentren regidos por los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad".

Además, ha indicado que "la desconcentración de una manifestación debe justificarse en el deber de protección de las personas, y deben utilizarse las medidas más seguras y menos lesivas para los manifestantes".

A pesar de su crítica, ha celebrado "el respaldo de las autoridades brasileñas al derecho de los ciudadanos a manifestarse de manera pacífica". "Saludamos estas expresiones, que están en consonancia con los estándares interamericanos en la matera", ha dicho.

"El derecho de asociación y la libertad de expresión son derechos fundamentales garantizados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y son esenciales para la existencia y el funcionamiento de una sociedad democrática", ha sostenido.

LAS PROTESTAS

Las movilizaciones comenzaron el pasado 6 de junio de forma pacífica en Sao Paulo por la subida del precio del transporte público de 3 a 3,20 reales, pero se tornaron violentas el pasado viernes, a causa de la represión de la Policía Militar.

Desde entonces, miles de personas han tomado las calles de las principales ciudades para protestar, ya no solo por estas tarifas, sino también por los efectos sobre la Hacienda Pública de la Copa Confederaciones, el Mundial de Fútbol de 2014 y las Olimpiadas de 2016.

En respuesta, al menos once ciudades, incluidas Río de Janeiro y Sao Paulo, han accedido a cancelar el aumento del precio del transporte público o a aplicar una reducción, según los casos, pero no han conseguido calmar las calles.

Hoy, cientos de miles de personas se han manifestado en al menos 80 ciudades y en varias se han producido fuertes disturbios. Los más graves se han vivido en Brasilia, donde los manifestantes han conseguido entrar al Congreso y al Palacio de Itamaray, sede del Ministerio de Exteriores.

En este contexto, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que ha calificado de "legítimas" las protestas y se ha mostrado dispuesta a escuchar "las voces de la calle", ha convocado una reunión de emergencia del Gobierno para este viernes.