Actualizado 08/01/2019 08:02

Continúan los disturbios en el noreste de Brasil por quinto día consecutivo

Vehículo calcinado durante los disturbios en Fortaleza, Brasil.
REUTERS / PAULO WHITAKER

FORTALEZA, 8 Ene. (Reuters/EP) -

La ola de violencia registrada en el estado de Ceará, en el noreste de Brasil, donde bandas criminales han protestado contra las estrictas medidas penitenciarias impulsadas por el Gobierno, continúa por quinto día consecutivo en lo que supone el primer desafío en materia de seguridad para el nuevo presidente del país, Jair Bolsonaro, que asumió el cargo el pasado 1 de enero.

El estado de Ceará se ha visto golpeado por un creciente número de ataques y disturbios, entre ellos la explosión de una bomba junto a una autopista, la quema de autobuses y los alunizajes y asaltos contra sucursales bancarias. Según las fuerzas de seguridad a nivel local, al menos tres presuntos miembros de bandas criminales han muerto en el marco de una serie de enfrentamientos con la Policía.

Los agentes consideran que detrás de dichos ataques se encuentran las bandas criminales, que reclaman a las autoridades que dejen de lado las duras políticas impuestas en las comisarías y centros penitenciarios.

Muchos han criticado el nuevo plan del Gobierno de bloquear las señales de los teléfonos móviles en las prisiones y dejar de separar a los presos según las pandillas a las que pertenecen.

Los ataques, que han llevado al nuevo ministro de Justicia, Sergio Moro, a desplegar en la zona a más de 400 efectivos de la Policía Federal, se han saldado por el momento con cerca de 150 detenidos. Las autoridades han alertado de que los centros de detención del estado se encuentran superpoblados dado que albergan a más de 29.000 presos a pesar de que tienen capacidad para unos 14.000 aproximadamente.

Bolsonaro, por su parte, ha alabado la rápida respuesta de Moro, que ha puesto en marcha lo antes posible las medidas necesarias para tratar de reducir la tensión y violencia en la zona.

Poco después de ganar las elecciones, el presidente instó a la Fiscalía a seguir el rastro del dinero para desarticular las pandillas más importantes. "Luchemos contra el crimen organizado y trabajemos para impedir que los presos continúen controlando a sus soldados de a pie desde dentro de las prisiones", aseveró en octubre Bolsonaro.