MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se dirige a la localidad de Santa María, en el sur del país para examinar de primera mano la evolución de la tragedia de la discoteca Kiss, donde esta madrugada han fallecido al menos 245 jóvenes en un incendio, y ha trasladado ya sus primeras condolencias antes de abandonar la cumbre CELAC/UE a la que asistía en Santiago (Chile).
"Estamos juntos y es necesario superar esto, pero la tristeza seguirá", declaró la presidenta antes de coger el avión, en unas emotivas declaraciones en las que no pudo reprimir las lágrimas, según el diario 'O Globo'.
"Es un momento de gran tristeza", dijo la presidenta en el momento de anunciar su retirada de la cumbre y las tres reuniones bilaterales que tenía pendientes en ella. "Es una tragedia para todos nosotros, no voy a continuar la reunión por razones muy claras. Quien me necesita hoy es el pueblo brasileño y ahí es donde voy a estar", añadió.
Junto a Rousseff viajan a Santa María la secretaria especial de Derechos Humanos, Maria do Rosário, y el ministro de Salud, Alexandre Padilha.
"Hemos movilizado los recursos para que no sólo podamos recuperar los cuerpos, sino para proporcionar un tratamiento rápido y eficaz a los heridos, y para proporcionar todo el apoyo que podamos dar a las familias en este momento", dijo emocionada.