Actualizado 25/06/2013 06:57

Brasil.- El MPL considera que Rousseff "estaba completamente desprevenida" y critica la falta de "pautas concretas"


BRASILIA, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Movimento Passe Livre (MPL), impulsor de las protestas sociales en Brasil, ha considerado que la presidenta del país sudamericano, Dilma Rousseff, "estaba completamente desprevenida" y ha criticado la falta de "pautas concretas".

"La gente ha visto una Presidencia completamente desprevenida", ha dicho el portavoz del MPL, Marcelo Caio Nussenzweig Hotimsky, al término de la reunión que ha mantenido este lunes con Rousseff, antes de que la jefa de Estado anunciara un plebiscito sobre una reforma constitucional.

Hotimsky ha criticado que el Gobierno "no ha dado una pauta concreta para modificar la situación del transporte público, que de hecho es muy precaria". "Dicen que estudiarán abrir un canal de diálogo sobre lo que la gente considera importante", ha revelado.

En la misma línea se ha expresado la portavoz del MPL en Sao Paulo, Mayara Vivian. "Es importante tener un diálogo con el Gobierno, pero eso no basta. Se necesitan medidas concretas", ha dicho, en declaraciones recogidas por la prensa local.

Por ello, han adelantado que las manifestaciones en las calles de todo el país "van a seguir". "Vamos a seguir con el debate, vamos a seguir en las calles, vamos a seguir haciendo presión en este sentido", ha apuntado el portavoz del MPL.

"Nos han invitado a otro diálogo --y estamos abiertos a ello--, pero la lucha por la tarifa cero (del transporte público) continúa porque si hay dinero para la Copa del Mundo, hay dinero para la tarifa cero", ha insistido.

No obstante, Hotimsky ha considerado positivo que Rousseff entienda el transporte público "como un derecho y no como un servicio". "Al igual que la sanidad y la educación, es un derecho y por tanto, no debería cobrarse", ha sostenido.

OFERTA DE ROUSSEFF

Rousseff, ha propuesto este lunes la celebración de un referéndum que siente las bases de una reforma constitucional en la que se planteen, entre otras cuestiones, la mejora de los servicios públicos y la lucha contra la corrupción.

Tras una reunión con gobernadores, alcaldes y ministros, ha explicado a la nación su deseo de "buscar soluciones" a los problemas que "inquietan y movilizan al pueblo brasileño". "Nos están diciendo que quieren cambios", ha indicado.

La jefa de Estado ha planteado un programa de "pactos" para avanzar hacia un nuevo Brasil, dentro del cual figuran aspectos económicos como la "estabilidad fiscal" y políticos como la lucha contra la corrupción --que se castigará con penas más duras--, pero principalmente sociales, con cambios en sanidad, educación o infraestructuras.

Los principales partidos políticos de la oposición brasileña han rechazado este plan al considerar que se salta al Congreso, ya que posee la competencia exclusiva para convocar un plebiscito y reformar la Constutición.

Así, han presentado un manifiesto titulado "Los brasileños queremos un Brasil diferente" con propuestas alternativas a "los discursos vacíos y las promesas reiteradas y no cumplidas por un Gobierno Federal que dirige el país desde hace más de 10 años".

La 'hoja de ruta' de la oposición se basa en tres ejes: lucha contra la corrupción, gestión pública y ética democrática. Entre las medidas concretas destacan la creación de una comisión para investigar los gastos del Mundial de Fútbol de 2014 y el acceso irrestricto a los gastos del Gobierno y de la Presidencia y a los negocios de las empresas públicas.

LAS PROTESTAS

Todos estos anuncios llegan a raíz de las protestas que comenzaron el pasado 6 de junio de forma pacífica en Sao Paulo por la subida del precio del transporte público de 3 a 3,20 reales, pero que una semana después se tornaron violentas por la represión de la Policía Militar.

Entonces, miles de personas tomaron las calles de las principales ciudades para protestar, ya no solo por estas tarifas, sino también por los efectos sobre la Hacienda Pública de la Copa Confederaciones, el Mundial de Fútbol de 2014 y las Olimpiadas de 2016 y por los deficientes servicios públicos.

En respuesta, al menos once ciudades, incluidas Río de Janeiro y Sao Paulo, accedieron a cancelar el aumento del precio del transporte público o a aplicar una reducción, según los casos, pero no han conseguido calmar las calles.

Millones de personas han seguido con las manifestaciones en las grandes ciudades, dejando un saldo de al menos cuatro muertos y decenas de heridos y detenidos. Además, ha habido graves disturbios, como los intentos de asalto al Congreso, al Ministerio de Exteriores y a ayuntamientos.