RÍO DE JANEIRO, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los maestros de la red estatal, en una reunión celebrada este jueves, han decidido poner fin a la huelga educativa que han venido realizando durante los últimos dos meses y medio, aunque han advertido de que volverán a movilizarse si el Gobierno no cumple con el acuerdo firmado el pasado martes con el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Luiz Fux.
Así lo recoge el diario brasileño 'O Globo', que alude a un comunicado de la Unión Estatal de Educación Profesional (SEPE) en el que se anuncia el final de esta huelga iniciada el pasado 8 de agosto. "Si el Gobierno no cumple con el acuerdo no empezaremos el nuevo año escolar", ha señalado la coordinadora de comunicación del SEPE, Vera Nepomuceno.
Por su parte, el secretario de Estado de Educación, Wilson Risolía, ha agradecido a los maestros la decisión de regresar a la escuela y afirma que ambas partes han trabajado "muy duro" para que los estudiantes puedan reincorporarse a las clases. Para recuperar los contenidos que se han perdido en estos dos meses y medio se darán clases los sábados y los días entre semana después de las horas regulares.
Risolía también ha advertido de que se podrán descontar los días de descanso y abrir un proceso administrativo disciplinario contra aquellos profesores que decidan mantener la huelga, lo que podría llevar, incluso, al despido.
El acuerdo adoptado con el Gobierno se compromete a devolverles el dinero descontado durante las jornadas de paro. Asimismo, el Departamento de Estado de Educación informó el pasado martes de que uno de los avances más destacados ha sido la creación de un grupo de trabajo conjunto, con el objetivo de implementar en un plazo de cinco años un proyecto para que cada maestro sólo pueda impartir clase en una escuela, aumentando su vínculo con el centro y reduciendo la necesidad de viajar.
El colectivo lleva desarrollando desde hace meses masivas movilizaciones populares, como las que se registraron el pasado mes de junio, cuando los manifestantes reclamaron a la presidenta, Dilma Rousseff, que no destinara tantos fondos al Mundial de Fútbol de 2014 y a los Juegos Olímpicos de 2016 e invirtiese más en educación, sanidad y transportes públicos.