Actualizado 17/12/2013 21:18

Rousseff denuncia en la ONU el programa de espionaje de EEUU

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante su comparecencia en la ONU.
Foto: REUTERS

BRASILIA, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -

   La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha denunciado este martes ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York, que los programas de espionaje desarrollados por la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) suponen una violación a la soberanía y un ataque a los derechos civiles.

   "Sin respeto a la soberanía no hay base para cualquier tipo de relación entre las naciones", ha asegurado, en su discurso de apertura de la 68 edición de la Asamblea General del organismo multilateral.

   En todo momento, la mandataria brasileña se ha dirigido a la audiencia en tono severo y ha calificado de "inadmisibles" los programas de espionaje de Estados Unidos por entender que suponen "una grave violación de los derechos humanos y de las libertades civiles, así como una falta de respeto a la soberanía nacional".

   "Inmiscuirse de esa manera en la vida de otros países, capturando sigilosamente informaciones relativas a actividades empresariales, daña el derecho internacional y choca con los principios que deben regir las relaciones entre los países, en especial, las que mantienen las naciones amigas", ha afirmado la mandataria.

   Tras exigir explicaciones el Gobierno de Brasil al de Estados Unidos, además de las pertinentes disculpas públicas, Washington se parapetó en su lucha contra el terrorismo como forma de excusarse. Argumentos que "no se sustentan", pues "Brasil no acoge a grupos terroristas", ha sentenciado Rousseff.

   Las críticas a Estados Unidos no han concluido ahí, toda vez que Rousseff también se ha referido al conflicto sirio y a la predisposición de Washington y de sus aliados "de actuar sin el consenso del Consejo de Seguridad y proclamar guerras". Al mismo tiempo, ha reivindicado que se sumen "voces independientes y constructivas" al Consejo de Seguridad, pues considera que "la polarización" de los actuales miembros provoca un "inmovilismo peligroso".