MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente electo de Burundi, Evariste Ndayishimiye, tomará posesión de su cargo el jueves, tal y como ha confirmado el Gobierno, cerca de una semana después del fallecimiento a causa de un infarto del mandatario saliente, Pierre Nkurunziza.
El Ministerio de Exteriores burundés ha enviado una serie de invitaciones a las legaciones diplomáticas extranjeras para que participen en el acto, previsto a las 11.00 horas (hora local) en el estadio Ingoma de la capital, Gitega.
El anuncio ha llegado apenas unos días después de que el Tribunal Constitucional fallara que Ndayishimiye debe tomar posesión antes de la fecha prevista inicialmente, en el mes de agosto, a causa del fallecimiento el 8 de junio de Nkurunziza.
Así, determinó que no es necesario cumplir el periodo de interinidad en el que estaba Nkurunziza desde las elecciones del 20 de mayo, de las que salió victorioso su 'delfín', y que por tanto Ndayishimiye debe asumir el cargo "lo antes posible".
La repentina muerte de Nkurunziza por un infarto, según la versión del Gobierno, había llevado al Ejecutivo a consultar al Constitucional sobre el camino a seguir, ya que la Constitución burundesa de 2018 fija que el jefe de la Asamblea Nacional --cargo ocupado por Pascal Nyabenda-- debe asumir el cargo de presidente interino en caso de vacancia definitiva.
En su fallo, el máximo órgano judicial ha confirmado la "vacancia" de poder y ha dado por probada la muerte de Nkurunziza en base al "certificado de defunción" que le ha sido remitido. Asimismo, ha subrayado que la elección del nuevo presidente ya ha sido certificada por lo que, "por consiguiente, hay que pasar a la prestación de juramento del nuevo presidente electo para que pueda iniciar su mandato".
La victoria de Ndayishimiye fue confirmada el 4 de junio por el Tribunal Constitucional, que declaró "nulos y sin efecto" los recursos presentados por la oposición por presunto fraude en las elecciones presidenciales, parlamentarias y locales celebradas en el país africano.
Las elecciones estuvieron marcadas por un repunte de la violencia y ante el temor de que el país se vea arrastrado a una crisis violenta como la de 2015, cuando Nkurunziza decidió presentarse a un tercer mandato, a pesar de que la oposición denunciaba que ello violaba el acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil (1993-2005).
Asimismo, se celebraron en medio de la pandemia de coronavirus y menos de una semana después de que el Gobierno expulsara del país al jefe de la delegación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto a otros tres integrantes de la misma, sin ofrecer ningún motivo para justificar su decisión.