MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -
Al menos nueve personas, entre ellas cuatro civiles, han muerto durante dos ataques presuntamente obra de separatistas armados perpetrados en la región Noroeste, una de las dos de mayoría anglófona de Camerún y escenario de un conflicto desde finales de 2017, así como en la vecina región Oeste.
Según ha informado el Ministerio de Comunicación, la noche del sábado alrededor de una cincuentena de "asaltantes fuertemente armados" procedentes de Noroeste entraron en la localidad de Galim, en la región Oeste, a bordo de motos y se dirigieron hacia el cuartel de la Brigada Territorial de Gendarmería y el puesto de seguridad pública.
A continuación, se produjo un enfrentamiento entre los asaltantes y las fuerzas de seguridad, que respondieron para "repeler el ataque y proteger a sus unidades". Como resultado del mismo, dos gendarmes y dos policías perdieron la vida. Tras ello, "los terroristas secesionistas (...) asesinaron a cuatro civiles" en la cámara de seguridad de la Gendarmería de Galim, precisa el comunicado.
Ya el domingo, en Bamenda, la capital de la región Noroeste, un artefacto explosivo accionado a distancia por los separatistas estalló en torno a las 10.00 horas durante los actos con motivo del Día de la Mujer "a un centenar de metros de la tribuna oficial", según el Ministerio.
En este segundo ataque, un militar ha muerto mientras que siete personas, entre ellas un civil, han resultado heridas de gravedad. Por instrucciones del presidente, Paul Biya, todos los heridos han sido evacuados por aire inmediatamente al hospital de Duala.
"El Gobierno condena con firmeza estos acto innobles, perpetrados por criminales cuyo único objetivo es sembrar el caos para servir a intereses egoístas y transmite a las familias de las víctimas las sinceras condolencias del presidente", ha indicado el Ministerio de Comunicación en su comunicado.
Asimismo, el Ejecutivo ha denunciado que los ataques se han producido en un momento en el que Biya "esta resueltamente comprometido, con el apoyo ardiente de los cameruneses y los socios de Camerún, en la resolución definitiva de la crisis" en las regiones anglófonas siguiendo las recomendaciones del diálogo nacional celebrado el pasado otoño.
En este sentido, el Gobierno ha denunciado "el silencio de las ONG y otros actores internacionales frente a la crueldad de las bandas terroristas secesionistas", instado a sus aliados a "reprobar con la misma determinación los ataques terroristas de los que es víctima el pueblo camerunés".
Estos dos ataques atribuidos a los grupos separatistas armados se producen tras la muerte de más de 20 personas en una acción atribuida al Ejército camerunés el pasado 14 de febrero en Ngarbuh, que el Gobierno ha tachado de "desafortunado accidente", así como a la muerte de otra decena de personas a finales de febrero en una operación militar, en la que activistas denunciaron que la mayoría de los muertos eran civiles. LA CRISIS EN LA PARTE ANGLÓFONA
Lo que en 2016 empezaron siendo protestas pacíficas de los habitantes de estas regiones, otrora colonias británicas pero que decidieron unirse al Camerún francés, por su supuesta marginación por parte del Gobierno central, derivó en una dura represión a raíz de la autoproclamación de la independencia de Ambazonia el 1 de octubre de 2017.
Desde entonces, los grupos armados han proliferado y el apoyo a los separatistas, hasta entonces bastante marginal, se ha visto acrecentado. El Gobierno ha respondido mediante una dura represión, durante la que las organizaciones de Derechos Humanos, han acusado a las fuerzas de seguridad de cometer atrocidades.
El conflicto ha dejado ya unos 3.000 muertos. Según Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), hay ya 60.000 refugiados cameruneses en Nigeria, mientras que otros 679.000 se han visto desplazados dentro del país.