Publicado 07/05/2021 16:37

Casi 800 niños han muerto en Afganistán desde 2016 por los bombardeos de la coalición y el Ejército afgano

Archivo - May 12, 2019 - Undisclosed location: An Airman piloting an F-15C Eagle receives fuel from a KC-135 Stratotanker from the 28th Expeditionary Aerial Refueling Squadron, May 12, 2019, at an undisclosed location. The 28th EARS maintains constant p
Archivo - May 12, 2019 - Undisclosed location: An Airman piloting an F-15C Eagle receives fuel from a KC-135 Stratotanker from the 28th Expeditionary Aerial Refueling Squadron, May 12, 2019, at an undisclosed location. The 28th EARS maintains constant p - U.S. Air Forces Central Command - Archivo

Más de 2.100 civiles han muerto en estos ataques, la mayoría achacados a la coalición internacional, según datos de la ONU

Las víctimas se triplicaron desde la entrada en vigor de la expansión de los bombardeos anunciada por la Administración Trump en 2017

MADRID, 7 May. (EUROPA PRESS) -

Casi 800 niños han muerto en Afganistán durante el periodo desde 2016 a 2020 por los ataques aéreos llevados a cabo por el Ejército afgano y la coalición internacional contra los talibán, esta última responsable de la mayoría de las víctimas, cuyo número llegó a triplicarse entre 2017 y 2019 coincidiendo con la expansión de los bombardeos ordenada por el entonces secretario de Defensa estadounidense, el general Jim Mattis.

Así se extrae de un informe elaborado por la ONG Acción contra la Violencia Armada (AOAV) a partir de datos de la Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), que recoge un total de 3.977 víctimas civiles de estos ataques, de las cuales 2.122 fallecieron y otras 1.855 resultaron heridos.

En este recuento existe un punto de inflexión, el ocurrido a finales de 2017, cuando el general Mattis anunció una "flexibilización" de las reglas de enfrentamiento contra los talibán, parte de la promesa del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de "levantar las restricciones y ampliar las autoridades" para los combatientes en Afganistán.

"En cada uno de los dos años siguientes, Estados Unidos arrojó más armas sobre Afganistán que en el apogeo de su presencia en 2011, a un ritmo de más de 20 por día", según las conclusiones del informe de AOAV. Las víctimas totales de los ataques aéreos internacionales se triplicaron con creces entre 2017 y 2019, de 247 a 757.

"A medida que el número de efectivos terrestres extranjeros ha disminuido en Afganistán, antes de la retirada completa en septiembre de 2021, la operación de la OTAN se ha vuelto cada vez más dependiente de las que llevan a cabo Estados Unidos y la Fuerza Aérea afgana. Pero esta forma de ofensiva, especialmente cuando se usa en áreas pobladas, ha tenido impactos devastadores sobre la población civil", lamentan los responsables del estudio.

Así, un total de 1.598 niños han sido víctimas (785 muertos, 813 heridos) de ataques aéreos durante estos cinco años en el país centroasiático: el 40 por ciento del total de víctimas civiles identificadas en el informe, que responsabiliza a la coalición internacional de la mayoría de las muertes (un 62%).

ATAQUE EN KUNDUZ

La AOAV menciona casos ejemplares como el ocurrido en julio de 2018, cuando la Fuerza Aérea de Estados Unidos realizó un ataque contra la población de Chahar Dara, en la provincia de Kunduz, que se saldó con la muerte de 14 mujeres y niños, todos de la misma familia.

El ataque tuvo lugar durante una operación terrestre del Ejército Nacional Afgano, que acabó con el disparo de un misil estadounidense contra un complejo residencial. Un segundo proyectil destruyó el edificio.

Tanto el Ejército afgano como el estadounidense al principio negaron cualquier víctima civil. Sin embargo, el Ministerio de Defensa afgano acabó admitiendo las irregularidades y pagó una indemnización. Fueron necesarias dos investigaciones para que Estados Unidos admitió su responsabilidad en la muerte de al menos 12 de esos civiles.

Para la AOAV este caso es representativo de las "drásticas diferencias" en los recuentos de la UNAMA y Estados Unidos que, recuerda, dejó de publicar en marzo de 2020 datos de operaciones aéreas mensuales en Afganistán. Sin embargo, en los primeros dos meses de 2020, la UNAMA atribuyó 39 víctimas infantiles (32 muertos y 7 heridos) a los ataques aéreos de las fuerzas militares internacionales, lo que representa más de una víctima infantil cada dos días.

A pesar de la gravedad de las operaciones de la coalición internacional, la AOAV concluye el informe expresando su preocupación sobre la "futura amenaza" que representa la Fuerza Aérea de Afganistán según va a asumiendo las competencias de las operaciones aéreas: las bajas civiles resultantes de los ataques aéreos de la Fuerza Aérea afgana durante los primeros seis meses de 2020 se habían triplicado, en comparación con el mismo período en 2019.