BUENOS AIRES, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
El jefe de Gabinete de Argentina, Aníbal Fernández, defendió este martes la decisión de su Gobierno de concederle asilo político a Galvarino Apablaza, ex guerrillero chileno acusado de la muerte del senador Jaime Guzmán, un cercano colaborador del dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
"El refugio es un acto pacífico y humanitario, no político", dijo Fernández, que salió así al paso de las declaraciones del presidente chileno, Sebastián Piñera, quien calificó esta cuestión como "un asunto de Estado" y advirtió de que podría enturbiar las relaciones bilaterales de los países vecinos.
En línea con esas palabras, el ministro de Exteriores de Chile, Alfredo Moreno, convocó ayer al embajador de Argentina en Santiago, Ginés González García, para expresarle formalmente el malestar del Gobierno de Piñera por esta decisión.
A pesar de estas tensiones, Fernández confió en que "cada día que pase, las cosas van a ir tomando su cauce natural y van a ir al lugar que corresponde" ya que "no hay ningún elemento" que vincule a Aplazaba con los hechos que se le imputan.
"Simplemente, los elementos que exige la propia ley no están", señaló el jefe de gabinete quien explicó que "la única evidencia presentada por Chile es una revista clandestina del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), en la que un comandante, supuestamente con el nombre de guerra de Apablaza, reivindica los hechos".
En consecuencia, Fernández estimó que el asilo concedido al ex guerrillero "no significa que se cuestione al estado democrático de Chile ni mucho menos, ni afirmar que en la actualidad puede ejercer persecuciones contra alguna persona", como interpretó Piñera.
Asimismo, el político defendió la labor de la Comisión Nacional para los Refugiados (Conare) después de las criticas que recibió desde el otro lado de la frontera. "Es un organismo con mucho prestigio internacional y utilizado incluso como adiestramiento de comisiones de otros países", espetó.