SANTIAGO, 14 Sep. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Claudia
Riquelme) -
La presidenta chilena, Michelle Bachelet anunció hoy que, tras los
hechos de violencia que el pasado 11 de septiembre causaron la muerte
de un policía, no dejará que "unos pocos" conviertan a Chile en un
país violento.
Las protestas nocturnas, con motivo de los 34 años del aniversario del Golpe de Estado de 1973, causaron graves daños a la propiedad pública y privada y, además de la muerte de un carabinero y las graves heridas causadas a otros 44 uniformados, revelaron el uso de armamento menor y de guerra en las zonas periféricas de Santiago.
Este viernes, Bachelet viajó a la ciudad de Lebu, 651 kilómetros al sur de Santiago, para asistir a las ceremonias fúnebres del cabo
Cristián Vera, quien murió por un disparo en la cabeza que recibió en una barriada de la capital chilena y que, según las investigaciones, fue realizado por un joven de 18 años que ha confesado el crimen.
Antes de visitar a la familia del policía fallecido de forma privada sin hacer declaraciones a la prensa, Bachelet habló en la vecina ciudad de Concepción, donde anunció que su Gobierno aplicará
"mano firme" contra los delincuentes.
"Yo creo representarlos a todos si les digo que vamos a usar todos los recursos que estén a nuestro alcance para aplicar mano firme contra la delincuencia y el vandalismo, porque este no es un país violento y no podemos permitir que unos pocos lo transformen en un país violento, por eso ustedes comprenderán que no podía dejar de visitar Lebu", señaló.
"Sentimos la tristeza y el dolor de la muerte en servicio de un
funcionario de Carabineros que buscaba garantizar la paz y la
seguridad, que cayó víctima de una agresión alevosa", lamentó.