Actualizado 31/05/2006 04:59

Chile.- Un total de 373 detenidos, 9 policías y 5 civiles heridos tras las protestas de estudiantes secundarios chilenos

Tras una larga jornada de fallidas negociaciones con el Gobierno, los jóvenes anunciaron que continuarán con sus movilizaciones.


SANTIAGO, 31 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Claudia Riquelme) -

Las protestas de los estudiantes secundarios chilenos dejaron este martes un total de 373 detenidos y 14 heridos de diversa gravedad, entre quienes se cuentan nueve policías y cinco civiles, todos ellos profesionales de la prensa que fueron golpeados brutalmente en medio de las movilizaciones de los jóvenes que piden modificaciones a las leyes de educación.

Las protestas, que mantienen a 600.000 jóvenes chilenos fuera de las aulas, continuarán este miércoles, tras el fracaso de la mesa de negociación entre los estudiantes y el Gobierno de la socialista Michelle Bachelet.

La maratónica reunión terminó con una fuerte represión policial, desórdenes y un centenar de detenidos en las puertas de la Biblioteca Nacional de Santiago, donde el ministro de Educación, Martín Zilic, recibió a los representantes del movimiento estudiantil. Los jóvenes anunciaron que no aceptaron la propuesta del gobierno y que mantienen sus movilizaciones, por lo que este miércoles no ingresarán a sus salas de clases, a pesar del llamamiento hecho por las autoridades.

El Ministerio de Educación informó que el martes paralizaron sus actividades 659 establecimientos secundarios de administración estatal, es decir, el 46,5 por ciento de la totalidad de las escuelas secundarias, en lo que dejó a más de 500 mil jóvenes en las calles. No obstante, el apoyo de los recintos de administración privada, que sumó otros 100.000 jóvenes, aumentó las cifras del movimiento estudiantil de protesta más grande desde 1972 y el primer conflicto social de grandes proporciones que enfrenta Bachelet desde que asumió el poder, el pasado 11 de marzo.

Los estudiantes demandan gratuidad absoluta del importe para estudiantes en la movilización pública; gratuidad absoluta, y no sólo para los estudiantes más pobres, como ofreció La Moneda, en la prueba para ingresar a las universidades chilenas y que se rinde cada diciembre; la modificación de la Jornada Escolar Completa, que obliga a los chilenos menores de 18 años a pasar 12 años en las aulas, y la reforma de una ley heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), que, por falta de mayorías parlamentarias, no ha podido ser cambiada en 16 años de democracia.

Las protestas de los jóvenes, que coparon distintos puntos del centro de Santiago y de las principales ciudades de Chile, causaron graves trastornos en el transporte público, en las estaciones de Metro y obligaron a que muchos servicios del Estado y compañías privadas adelantaran el término de la jornada laborable, para asegurar el regreso de los ciudadanos a sus domicilios particulares.

La presencia policial también fue destacada este martes, debido a que cientos de policías custodiaron los establecimientos que aún no han sido ocupados por los jóvenes y también intentaron impedir que los estudiantes llegaran con sus protestas al centro cívico de la ciudad, donde se encuentra La Moneda, sede del Poder Ejecutivo.

Grupos de estudiantes, algunos encapuchados, se enfrentaron a la Policía con piedras y otros proyectiles, lo que generó una reacción mucho más dura de los antidisturbios.

En las refriegas, cinco periodistas y cuatro fotógrafos, resultaron heridos de consideración y debieron ser atendidos en la asistencia pública e incluso en la enfermería de La Moneda.

Al respecto, el viceministro del Interior, Felipe Harboe, rechazó, en nombre del Gobierno, las agresiones a los periodistas y anunció una investigación de los hechos.