MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno chino lleva su acoso a la minoría uigur, que reside principalmente en la región de Xinjiang, en el oeste del país, así como contra otros grupos étnicos musulmanes incluso fuera de sus fronteras, según ha denunciado Amnistía Internacional.
La organización ha recopilado casos de miembros de la diáspora uigur y de otras comunidades a los que China ha seguido acosando a través de sus embajadas en todo el mundo mediante aplicaciones de mensajería y con llamadas telefónicas amenazadoras pese a que ya se encontraban fuera del país.
"Estos relatos escalofriantes de personas uigures que viven en el extranjero ilustran cómo la sombra de la represión de China contra las comunidades musulmanas va más allá de sus fronteras", ha denunciado Patrick Poon, investigador de Amnistía Internacional sobre China.
"Los miembros de la comunidad uigur y de otras minorías no están a salvo ni siquiera después de huir de la persecución en Xinjiang", ha afirmado, subrayando que "el Gobierno chino sabe cómo localizarlos e intimidarlos y, finalmente, intenta llevarlos de nuevo a China, donde les espera un destino terrible". "Para conseguir su devolución el Gobierno chino llega incluso a presionar a otros gobiernos", ha indicado Poon.
Entre septiembre de 2018 y septiembre de 2019, Amnistía Internacional ha recopilado información de unas 400 personas uigures, kazajas, uzbekas y de otros grupos étnicos predominantemente musulmanes que viven en 22 países diferentes en los cinco continentes, lo cual ha permitido constatar "el acoso y el miedo diario que sufren estas comunidades".
Algunos uigures han contado que las autoridades locales de Xinjiang han amenazado a sus familiares en China para contener las actividades de la diáspora, mientras que otras han relatado que las autoridades chinas usan aplicaciones de mensajería en las redes sociales para seguirlas, contactarlas e intimidarlas.
Desde 2017, China ha llevado a cabo una campaña sin precedentes de detenciones masivas de personas uigures, kazajas, uzbekas y de otros grupos étnicos predominantemente musulmanes en Xinjiang, ha explicado Amnistía, que ha incidido en que se calcula que un millón o más de personas han sido internadas en centros de "transformación mediante la educación" o de "formación profesional", donde han soportado toda una serie de violaciones de Derechos Humanos.
"A pesar de que China continúa negando la existencia de campos de internamiento, cada vez hay más indicios de que las personas devueltas a Xinjiang corren un peligro real de ser enviadas a dichos campos y, por consiguiente, de sufrir graves violaciones de Derechos Humanos", ha sostenido Poon.
En este sentido, ha recalcado que "es fundamental que todos los países que acogen a la diáspora de Xinjiang en todo el mundo adopten medidas para protegerla de la intimidación de las embajadas y agentes chinos y que paren las devoluciones a China".
Según el Congreso Mundial Uigur, entre 1 y 1,6 millones de personas uigures viven fuera de China. En Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán hay importantes comunidades uigures. En otros países como Afganistán, Alemania, Arabia Saudí, Australia, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Noruega, Países Bajos, Rusia, Suecia y Turquía viven comunidades más pequeñas.