MÚNICH, 19 Feb. (DPA/EP) -
El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, ha rechazado una vez más y con firmeza las acusaciones formuladas por la comunidad occidental y ONG internacionales que acusan a Pekín de perpetrar una campaña de represión contra la minoría musulmana uigur; unas acusaciones que ha descrito como "mentiras", directamente.
Wang ha asegurado que "nunca" ha habido trabajos forzados sistemáticos o campos de reeducación en la provincia de Xinjiang, como denuncian las ONG. "Son mentiras fabricadas y difundidas como una desinformación", ha declarado el ministro.
"Créanme cuando les digo que el Gobierno dice la verdad", ha insistido.
Según las denuncias internacionales, cientos de miles de uigures musulmanes han sido enviados a campos de reeducación en Xinjiang, donde son objeto de tortura, abuso y adoctrinamiento ideológico.
Los uigures que han huido de la región de Xinjiang al extranjero alegan que a veces las personas son reunidas en la calle y enviadas a campos de detención, denominados centros de reeducación, donde se les enseña a detener cualquier comportamiento asociado con la cultura uigur.
Pekín acusa a los integrantes de la minoría de participar en actos de separatismo y terrorismo, una declaración reiterada por el ministro chino al referirse a una región que, ha apuntado, había sufrido "ideologías radicales" y ataques extremistas en el pasado y donde se encuentran "fuerzas terroristas" venidas desde el extranjero.
"Hoy, todos los ciudadanos pueden vivir en paz y felices", ha declarado Wang a los asistentes a la conferencia, antes de agregar que "todos los grupos étnicos pudieron seguir libremente su fe".
De igual modo, y como ya apuntó el Gobierno chino hace semanas, Wang ha declarado que su país está abierto a que la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, visite Xinjiang para examinar la situación sobre el terreno.