Publicado 04/03/2020 19:41

El CICR observa un panorama aún "más complejo" en Colombia por los desplazados, los confinados y las minas antipersona

Trabajos de exhumación de víctimas del conflicto armado en el Valle del Cauca, Colombia
Trabajos de exhumación de víctimas del conflicto armado en el Valle del Cauca, Colombia - CICR / JENNIFER GARCÍA - Archivo

El CICR recuerda a las partes que "las guerras sin límites son guerras sin fin"

MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) ha observado un panorama aún "más complejo" en Colombia en el último año debido, sobre todo, al aumento de los desplazamientos forzosos y de las comunidades confinadas, así como de las minas antipersona, según el informe anual sobre el país relativo a 2019, que recoge ya los "retos humanitarios" para 2020.

En 'Vivir sin miedo, una deuda pendiente para Colombia', el CICR ha expresado su preocupación por el recrudecimiento de la violencia en Colombia, a pesar de la firma del acuerdo de paz con las FARC, entre otras cosas, porque todavía hay cinco conflictos armados en marcha.

"La población civil sigue sufriendo las peores consecuencias del conflicto y la violencia armada y hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, las víctimas guardan silencio sobre esta situación por temor a represalias. Vivir sin miedo es una deuda pendiente para Colombia", ha dicho el jefe del CICR en Colombia, Christoph Harnisch.

Solo en 2019, el CICR documentó 987 violaciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y otras normas humanitarias. "La mayoría fueron graves hechos como amenazas, homicidios, actos de violencia sexual y reclutamiento de menores", ha precisado Harnisch, según un comunicado.

Entre las principales preocupaciones de la organización humanitaria están fenómenos como el desplazamiento forzado y el confinamiento de comunidades enteras que se aspiraba a dejar atrás con el acuerdo de paz. De acuerdo con cifras oficiales, en 2019 "más de 25.000 personas se desplazaron masivamente y cerca de 27.600 permanecieron confinadas".

Harnisch ha explicado en rueda de prensa que, si bien las cifras de desplazamiento son menores que en 2018, "hay que conectarlo con el confinamiento, donde sí hay aumento", siendo Chocó y Nariño los departamentos más afectados, según recoge el diario colombiano 'El Espectador'.

El CICR también ha apuntado al "incremento en el número de víctimas de artefactos explosivos y minas antipersona", un total de 352, entre ellas 159 civiles, que se reparten por 13 departamentos. Los puntos calientes en este sentido son Norte de Santander, Antioquia y Arauca, con el 57 por ciento de las víctimas.

Asimismo, el CICR ha llamado la atención sobre el aumento de las desapariciones. El año pasado se registraron 93 nuevos casos y solo se resolvieron 116 del total de casos documentados, lo que equivale únicamente a un cinco por ciento.

Harnisch ha indicado que es especialmente difícil investigar estas situaciones porque "hay miedo a transmitir información por temor a represalias". "Las comunidades nos dicen que no saben quiénes son esas personas armadas", ha contado.

Además, el Ministerio de Salud y Protección Social registró el año pasado 218 "agresiones" contra el personal sanitario y la infraestructura de salud, en la mayoría de los casos lesiones y amenazas.

"Estos hechos, junto con las precarias condiciones de las estructuras médicas, afectaron de manera directa el trabajo del personal de salud y dificultaron la labor fundamental de salvar vidas", ha denunciado el CICR.

Aunque todas estas cifras "reflejan en parte el complejo panorama que se vive en el país, existen otros indicadores como las condiciones de salud mental, la desesperanza y el miedo, que no se alcanzan a dimensionar", ha añadido el Comité Internacional de Cruz Roja.

"CRUDA REALIDAD"

Con todo ello, ha resumido Harnisch, "el panorama que vemos hoy es más complejo que el del año pasado", subrayando que "los grupos armados están más fragmentados y el conflicto tiene nuevas dinámicas que se expresan de manera distinta en cada territorio".

El jefe del CICR en Colombia ha hecho hincapié en que, "en las zonas más afectadas por el conflicto y la violencia armada, el deterioro de la situación humanitaria y la insuficiente respuesta estatal para garantizar las necesidades mínimas de las comunidades aún marca la cotidianidad de los pobladores".

Esta "cruda realidad", que "evidencia la profundización del conflicto armado y el deterioro de las condiciones humanitarias", "dificulta el diálogo que tenemos con todos los actores armados para promover el respeto a las normas humanitarias y hace más difícil la protección de la población civil", ha señalado.

Pese a ello, en 2019 el CICR benefició a 557.000 personas. "Nos esforzamos para aliviar el sufrimiento de las personas que padecen las consecuencias de la violencia y recordar a las partes del conflicto la obligación que tienen de respetar las normas humanitarias (...) No hay que olvidar que las guerras sin límites son guerras sin fin", ha recalcado.