"El Ejército libanés comenzará a implementar el plan según los medios disponibles", ha explicado el ministro de Información
MADRID, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
Cinco ministros aliados del partido-milicia Hezbolá, incluyendo el independiente Fadi Makki, han abandonado este viernes una reunión del gabinete libanés por discrepancias con el plan presentado por el jefe del Ejército, Rodolphe Heikal, para desarmar al grupo.
Además del ministro de Desarrollo Administrativo, Makki, el titular de Salud Pública, Rakan Nasreddin, así como el ministro de Trabajo, Mohamed Haidar; el responsable de la cartera de Economía, Yassin Jaber, y la ministra de Medioambiente, Tamara Al Zein, han abandonado las conversaciones en el Palacio de Baabda, en la capital, Beirut.
Los cuatro ministros de Hezbolá y del partido chií Amal, junto con el ministro independiente, han reclamado al Gobierno del primer ministro Nawaf Salam que en vez de perfilar el plan de desarme de Hezbolá se priorice el establecimiento de una "estrategia nacional" para defender a Líbano frente a los ataques de Israel.
Pese a las discrepancias de los ministros chiíes, el titular de Información libanés, Paul Morcos, ha informado durante una rueda de prensa que el Consejo de Ministros ha acogido "con satisfacción" el plan presentado por Heikal, del que no han trascendido detalles.
Morcos ha asegurado que el Gobierno se ha comprometido a desarrollar una estrategia de "seguridad nacional" y que Beirut "no ha hecho ni hará concesiones a Israel". "El Ejército libanés comenzará a implementar el plan (de desarme) según los medios disponibles", ha subrayado, agregando que la cúpula militar presentará un informe mensual al respecto al Consejo de Ministros.
Las Fuerzas Armadas ya indicaron que aceptar la 'hoja de ruta' de Estados Unidos para el desarme no contradice los intereses nacionales del país. "Hezbolá ha llevado al país a conflictos armados solo para satisfacer sus intereses y los de Irán", aseguró.
El debate del desarme se produce en medio de los bombardeos lanzados en Líbano por Israel a pesar del alto el fuego alcanzado en noviembre de 2024. Las autoridades israelíes argumentan que actúan contra actividades de Hezbolá y aseguran que, por ello, no violan el pacto, si bien tanto Beirut como el grupo se han mostrado críticos con estas acciones, igualmente condenadas por Naciones Unidas.
El alto el fuego, alcanzado tras meses de combates al hilo de los ataques del 7 de octubre de 2023, contemplaba que tanto Israel como Hezbolá debían retirar sus efectivos del sur de Líbano. Sin embargo, el Ejército israelí ha mantenido cinco puestos en el territorio de su país vecino, algo también criticado por las autoridades libaneses y el grupo chií, que exigen el fin de este despliegue.