Actualizado 05/10/2018 11:05

5 claves para entender por qué las elecciones presidenciales de Brasil son históricas

Brasil
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   BRASIL, 5 Oct. (Notimérica) -

   Este domingo día 8 de octubre tendrán lugar las esperadas elecciones presidenciales de Brasil, unos comicios que mantienen en vilo al país desde mucho antes del inicio de la carrera presidencial por su designación, tanto por parte de los expertos como de los medios de comunicación, de 'históricas'. Los escándalos de corrupción que han marcado a Brasil y que han destapado auténticas redes delictivas que involucran a las altas esferas del empresariado y la polícita brasileña, han acabado transformando un panorama político y social que se mantenía estable hace casi dos décadas.

   Son muchos los factores que han llevado a condensar en un momento particular una serie de personajes, situaciones e ideas que hacen del escenario de estas elecciones presidenciales algo esperado e histórico. Pero, ¿por qué?

   1. IMPREVISIBILIDAD

   La caótica situación del Partido de los Trabajadores (PT), los altos niveles de rechazo que provoca Jair Bolsonaro y el personalismo que impera en la intención de voto de estas elecciones ha llevado a que el número de votos en blanco y de votos nulos se prevea mayor de lo esperado en un primer momento.

   El importante número de los posibles votantes de Luiz Inácio Lula da Silva, quienes se se decantaban por él por su trayectoria política y por su figura carismática, han quedado tras la negativa de los tribunales a su candidatura en un 'limbo' electoral. Y es que, Fernando Haddad, en un principio fórmula presidencial de Lula, ha asumido el cargo de candidato pero, al contrario que su antecesor, no consigue levantar tantas pasiones.

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   Junto a ello, los altos niveles de intención de voto favorables a Jair Bolsonaro --en primer lugar a día de hoy-- contrastan al mismo tiempo con el importante rechazo que acapara por parte de otra gran parte de la sociedad. Así, la situación de caos afianza la idea de que se deba llevar a cabo una segunda vuelta electoral, la cual se celebraría el último domingo del mes de octubre, y que podría cambiar por completo las previsiones y sacar a relucir entre el electorado el uso del voto útil.

   Dada la negativa de los 'antipetistas' hacia Haddad, este podría no superar a Bolsonaro en una segunda vuelta. Por ello, y contando con el rechazo del ultraderechista, estos podrían recurrir al voto estratégico que asegure un rival fuerte ante él: el tercer candidato en discordia, el de centro-izquierda Ciro Gomes.

2. LULA DA SILVA, FUERA DE JUEGO

   Líder histórico del Partido de los PT, agrupación de la que es fundador y presidente honorario, Luiz Inácio Lula da Silva fue el mandatario de la República de Brasil entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de diciembre de 2010. Sus políticas sociales permitieron reducir la pobreza en el país y elevar los niveles de bienestar de los brasileños. Su carisma y cercanía con las clases populares le valieron ser reelegido y, asimismo, cultivar un buen número de electores para el PT.

   De hecho, su exjefa de Gabinete y miembro del partido, Dilma Rousseff, le sucedió en el cargo tras obtener una victoria en las elecciones presidenciales de 2010. Sin embargo, el rumbo en ascenso de la formación política y sus integrantes se torció después de darse a conocer la existencia de una red de lavado de dinero y sobornos entre la mayor empresa del país, Petrobras, y las elites políticas y empresariales. Rousseff fue destituída del cargo y Lula da Silva ingresó en prisión, tras ser condenado a 12 años y mes por corrupción pasiva.

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   Antes de su entrada en la cárcel, Lula da Silva anunció su candidatura a la Presidencia de Brasil este 2018. La intención de voto estaba encabezada por el expresidente, quien permanecía muy aventajado respecto al resto de los posibles candidatos. Después de un periplo judicial, Lula pudo ser inscrito como candidato oficialmente, lo que hizo que recibiera aún más apoyo, en especial de las clases populares. Las primeras semanas de campaña se fueron desarrollando y Lula hizo campaña desde prisión, siempre bajo la sombra de un posible veto de los tribunales.

   A menos de tres semanas de los comicios, el Tribunal Supremo Electoral de Brasil prohibió al sindicalista ser candidato, lo que obligó a su fórmula presidencial, Fernando Haddad, tomar las riendas de la candidatura. A pesar de que Lula ha llamado a sus votantes a apostar por el proyecto de Haddad, las estadísticas indican que el nuevo candidato del PT no conseguirá la misma cantidad de votos que hubiera recibido la agrupación con Lula a la cabeza.

   3. ULTRADERECHISTA Y MILITAR

   Por primera vez desde que la dictadura brasileña llegara a su fin en el año 1985, la intención de voto señala como claro favorito --con bastante ventaja respecto al segundo candidato-- a un político ultraderechista. Se trata de Jair Bolsonaro, quien ha ha pasado de ser un político de perfil medio-bajo a nivel internacional a ocupar las portadas de medios digitales de todo el mundo, primero por sus declaraciones marchistas, xenófobas y homofobas, y después por ser apuñalado tras un encuentro con sus seguidores en plena campaña electoral.

   Líder del Partido Social Liberal de Brasil (PSLB), Bolsonaro es conocido por su defensa de la tortura, la pena de muerte y medidas ejercidas durante la dictadura militar (1964-1985). A pesar de llevar en política 20 años, Bolsonaro no saltó a la palestra hasta que, siendo diputado en el año 2014, espetó a la petista Maria do Rosario: "no te violo porque no te lo mereces". Este expolicía retirado y militar en la reserva mantiene entre sus frases más célebres algunas como "las mujeres deben ganar menos porque se quedan embarazadas" o "mis hijos nunca serán gays ni tendrán novias negras, los he educado muy bien", por ejemplo.

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   Por otra parte, tal y como recuerda el diario español 'El País', el expresidente brsileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) dijo en una entrevista que "las instituciones brasileñas han mejorado. En el pasado siempre estábamos pensando en los generales. Ahora no se sabe el nombre de ningún general, pero todo el mundo conoce a todos los ministros del Supremo Tribunal Federal". Ahora, Brasil está viviendo por primera vez en 30 años de democracia una campaña electoral bajo la sombra de los militares. De hecho, en el caso de que Bolsorano gane las elecciones, su vicepresidente será el exgeneral Hamilton Mourão, un hombre que ha defendido un nuevo golpe de Estado como solución para la crisis política del país.

   De hecho, esto es una de las preocupaciones de los expertos políticos y ciudadanos. Tanto el candidato presidencial como su entorno político han indicado públicamente en varias ocasiones que no admitirán como válidos los resultados de no ser favorable para ellos. ¿Podría el apoyo de los sectores militares de Brasil, así como de parte del resto de las Fuerzas Armadas, podría conllevar problemas de darse una situación contraria a los intereses de Bolsorano?

4. ¿LA CAÍDA DEL PT?

    A pesar de que el candidato del PT se mantiene en segundo lugar, el número de apoyos que está previsto que reciba dista mucho de lo que la agrupación ha venido recibiendo en las últimas décadas. Fundado en 1980, el PT fue el representante más destacado de la oposición de los gobiernos brasileños tras la restauranción de la democracia en la década de los años 80. Gracias al descrédito de los partidos de centro y de derecha brasileños, así como a su programa de izquierdas, el PT consiguió ascender meteóricamente de la mano de Lula a principios de los años 2000.

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   Después de que Da Silva recibiera el poder en 2003, el partido se mantuvo en la Presidencia hasta la destitución de Rousseff en 2016. Sin embargo, el PT vivió en 2005 una crisis interna de graves consecuencias cuando se descubrió que varios miembros del Gobierno y del partido estaban implicados en una trama de corrupción denominada como el 'escándalo de las mensualidades'. Tras ello, aunque su imagen se vio afectada, la agrupación consiguió mantenerse en el poder.

   Sin embargo, la operación Lava Jato, encargada de investigar la trama Petrobras, destapaba nuevamente una red de corrupción con varios miembros de alto rango del PT. El partido ha vuelto a ganarse el descrédito de los brasileños, que dadas las últimas encuestas en intención de voto, han mostrado que los votos a los candidatos de la formación no responden a su proyecto de partido, si no a sus candidatos.

5. ¿EL FINAL POLÍTICO DE MICHEL TEMER?

   El actual presidente de Brasil, Michel Temer, podría estar un poco más cerca de entrar en prisión a partir del 1 de enero de 2019, cuando tome posesión su sucesor y el mandatario pierda su fuero privilegiado que le otorga protección ante la justicia por su condición de jefe de Estado.

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Durante su mandato, al que llegó tras el juicio político que apartó de la Presidencia a Dilma Rousseff, Temer ha sido denunciado por la Fiscalía en dos ocasiones por presuntos delitos de corrupción, lavado de dinero y pertenencia a organización criminal, pero ha conseguido reunir los apoyos suficientes en la Cámara de Diputados como para archivar ambos procesos.

    Temer se vería favorecido si llegase el Gobierno del país carioca el conservador Geraldo Alckmin, cuya formación, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), ha sido aliado de la Administración de Temer. De esta forma, el mandatario tendría la oportunidad de optar a un ministerio y seguir gozando de la protección judicial, algo que parece difícil dado que Alckmin no parece despegar en las encuestas de opinión.