Publicado 31/03/2021 08:39

C.Marfil.- La ONU condena los ataques contra bases del Ejército de Costa de Marfil cerca de la frontera con Burkina Faso

El secretario general de la ONU, António Guterres
El secretario general de la ONU, António Guterres - Evan Schneider/UN Photo/dpa

MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -

Naciones Unidas ha condenado los ataques perpetrados el lunes contra posiciones del Ejército de Costa de Marfil en dos localidades situadas cerca de la frontera con Burkina Faso, que se saldaron con al menos tres muertos, y ha trasladado su apoyo a los países de la región en su lucha contra el terrorismo.

El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, ha resaltado que el secretario general, António Guterres, traslada "sus condolencias sinceras" a las familias de las víctimas de los ataques, cuya autoría no ha sido reclamada por el momento.

"Permanecemos firmes en nuestro apoyo a los países del Sahel y sus vecinos en sus esfuerzos para superar la lacra del terrorismo y abordar los desafios políticos y de seguridad, además de los humanitarios y socieconómicos, existentes en la región", ha apuntado.

El jefe del Estado Mayor del Ejército marfileño, Lassina Doumbia, detalló el lunes que los ataques fueron ejecutados contra las localidades de Kafolo y Kolobougou, antes de agregar que el primero fue lanzado por cerca de 60 "terroristas fuertemente armados" llegados desde Burkina Faso.

Kafolo fue escenario de un ataque en junio de 2020 que se saldó con la muerte de doce militares y un gendarme. Las autoridades marfileñas achacaron lo sucedido a grupos yihadistas que operan en la zona fronteriza.

El ataque tuvo lugar después de que a finales de mayo Costa de Marfil y Burkina Faso llevaran a cabo una operación antiterrorista conjunta en la frontera común que se saldó con la muerte de al menos ocho milicianos y la destrucción de una base usada por los yihadistas.

Los grupos yihadistas, principalmente las filiales de Al Qaeda y Estado Islámico en el Sahel, han multiplicado sus acciones en los últimos años en Malí, Burkina Faso y el oeste de Níger, y los gobiernos de la región temen que puedan seguir extendiendo su actividad hacia los países costeros de África Occidental.