BOGOTÁ, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
Ascienden a seis los muertos y a 34 los heridos por la explosión este miércoles de un coche bomba en el centro de Buenaventura, en el departamento del Valle del Cauca (suroeste), que ha sido atribuido a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El secretario de Gobierno del departamento, Víctor Manuel Salcedo, informó de que la mayoría de las víctimas son civiles aunque también han resultado heridos algunos efectivos de la Policía Nacional.
Tres de las personas asesinadas en este atentado fueron identificadas como Luis Eduardo Ramírez González, funcionario de control físico de la alcaldía de Buenaventura; Edwin Carvajal, miembro de la Policía Nacional; e Ingrid Vanessa Benitez Valencia. Además, otras dos personas habrían muerto de camino al hospital regional de Buenaventura.
Las autoridades decretaron el estado de emergencia en la red sanitaria de la localidad ante la afluencia de heridos, en total 36, entre los que se encuentra la corresponsal de la emisora Caracol Radio en la ciudad Adriana Morales.
Del total de los heridos, al menos cuatro tuvieron que ser trasladados en ambulancias a la ciudad de Cali, capital del departamento, mientras que otros dos tuvieron que ser derivados a centros de la capital y transportados en helicópteros de la Fuerza Aérea colombiana que participan en las tareas de atención a las víctimas de atentados terroristas.
La mayoría de los afectados por la explosión del coche bomba presentan heridas con esquirlas en la cabeza, en el tórax y en el abdomen, según informó la subdirectora del hospital regional de Buenaventura, Alba Yadira Minota.
PREPARATIVOS DEL ATENTADO
Las autoridades colombianas informaron este miércoles de que el vehículo utilizado por los terroristas permaneció estacionado frente a la Unidad de Reacción de la Fiscalía, a escasos metros de la alcaldía de Buenaventura, desde la noche del martes.
Tras la explosión el vehículo quedo reducido a cuatro pedazos de motor y unas cuantas chapas verdes, según indicó Salcedo que acompaña al consejo de seguridad encabezado por el comandante de las Fuerzas Militares, Freddy Padilla.
La detonación provocó diversos daños materiales en los edificios más cercanos, como el ayuntamiento, cuya estructura quedó gravemente afectada, y a los vehículos del servicio público estacionados en las inmediaciones del coche-bomba.
"Los destrozos son evidentes en cuatro manzanas a la redonda, donde numerosos establecimientos comerciales, entre restaurantes, almacenes, hoteles, fueron blanco de la acción terrorista de las FARC", apuntó el funcionario regional.
RIESGO DE MÁS ATAQUES
El atentado se produjo después de que el Gobierno de Colombia alertara en diciembre sobre el riesgo de ataques de las FARC ante la cercanía de las elecciones legislativas del pasado 14 de marzo y de las presidenciales del próximo 30 de mayo.
El gobernador del Valle del Cauca, Juan Carlos Abadía, reconoció que este ataque es un traspié en el proceso de recuperación de la región, una de las más castigadas por el terrorismo de las FARC, debido a la acción del Ejército que ha arrinconado a la guerrilla en la zona occidental del país.
"Puede ser un coletazo porque el Ejército está detrás con la Armada de todos estos bandidos desde el día (del incendio) de las tractomulas (camiones), necesitan actos terroristas que generen distracción. Además, se avecina un proceso electoral y pretenden desestabilizar, generar un ambiente de miedo y de zozobra", señaló Abadía.
Hace apenas dos días el grupo armado quemó siete camiones en la carretera que une Buenaventura con Buga, bloqueando durante varias horas la vía que comunica el centro del país con el puerto más importante de Colombia en el Pacífico.