Actualizado 29/11/2011 23:13

Colombia.- La catedral de Bogotá acoge el último adiós a los cuatro ejecutados este fin de semana por las FARC


BOGOTÁ, 29 Nov. (Colprensa/EP) -

La Catedral Primada de Bogotá ha acogido este martes la misa por el asesinato de cuatro efectivos de las fuerzas de seguridad a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras más de diez años de secuestro.

Los uniformados recibieron honores militares durante la ceremonia, a la que acudieron el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos; el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras; el vicepresidente, Angelino Garzón, y el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

Durante la ceremonia, el obispo Héctor Gutiérrez Pabón expresó su rechazo por el asesinato de José Libio Martínez, Édgar Yesid Duarte, Álvaro Moreno y Elkin Hernández Rivas.

Gutiérrez aseguró que las FARC no siguen el camino correcto. "Es momento de oír las palabras de conciliación del Gobierno de Colombia y con él toda nuestra nación, vamos a dialogar, vamos a sentarnos en la mesa para buscar un camino de paz y concordia", señaló el obispo.

El clérigo pidió que la guerrilla libere a todas las personas que mantienen en cautiverio. "Devuélvanlos sanos y salvos como se los llevaron", añadió Gutiérrez.

Los cuatro efectivos de las fuerzas de seguridad murieron a manos de sus captores cuando un grupo de militares encontró un campamento militar en el sur de Colombia. Sólo uno de los rehenes --el policía Luis Alberto Erazo-- logró huir y contactar a las fuerzas de seguridad que finalmente lo trasladaron a Bogotá.

La versión oficial apunta a que los subversivos decidieron ejecutar a los cuatro uniformados al verse acorralados por el Ejército. El Gobierno de Santos ha negado en repetidas ocasiones que los soldados estuviesen realizando una operación de rescate de rehenes y aclara que únicamente cumplían labores de "búsqueda y localización".

Las FARC en cambio afirman que el "trágico desenlace" fue resultado del "demencial intento de rescate" de los secuestrados ordenado por el Gobierno colombiano", después de que, supuestamente, hubiese sido informado de la intención de la guerrilla de liberar a un grupo de uniformados.