Actualizado 28/05/2006 10:56

Colombia.- El opositor y defensor de los Derechos Humanos Carlos Gaviria, segundo en los sondeos

BOGOTÁ, 28 May. (EUROPA PRESS) -

Carlos Gaviria Díaz nació en 1937, en Sopetrán, población situada en el occidente del departamento de Antioquia. Su familia se mudó años después a Medellín, donde cursó los estudios de Bachillerato en un colegio privado.

Estudió Derecho en la Universidad de Antioquia, donde fue profesor durante 30 años y ocupó puestos de dirección como el de decano, director del Instituto de Ciencia Política y vicerrector general.

Entre 1970 y 1971, Gaviria cursó estudios de posgrado en la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard, y allí tuvo la oportunidad de seguir los seminarios de Teoría Política con Carl J. Friedrich, de Derecho Constitucional con Paul Freund y de Jurisprudencia con Lon L. Fuller.

La experiencia académica y vital de Gaviria en Estados Unidos fue importante, no sólo por el encuentro con un estilo de pensar tan diferente al de su formación inicial, más centrada en Kelsen y los pensadores europeos del Derecho, sino por la abrumadora impresión que le produjo una ciudad como Nueva York, megalópolis en la que parece sintetizarse el mundo.

Entre 1993 y 2001, ejerció como magistrado del Tribunal Constitucional, de la cual llegó a ser presidente en 1996. En estos años, se le reconoció una carrera intachable, ganándose el respeto de los círculos judiciales por lo que se describe como la ecuanimidad de sus fallos.

Desde la Corte Constitucional, continuó su labor de pedagogía jurídica en un aula de dimensiones nunca sospechadas en sus tiempos de académico y con un auditorio de alcance nacional, a través de sus sentencias. Las lecciones fueron, básicamente, de respeto a la autonomía personal, de defensa de las minorías y de énfasis en el principio de igualdad.

Su mayor fuerza electoral ha estado, sobre todo, en Bogotá, Antioquia y Valle, donde los 114.886 votos conseguidos en las elecciones generales de 2002 le aseguró un puesto en el Senado. En esta Cámara, su propósito fue el de impulsar proyectos de ley para favorecer la igualdad material de los ciudadanos, el trato equitativo a los grupos tradicionalmente discriminados y marginados como los indígenas, las mujeres y los homosexuales, y el de promover y apoyar las iniciativas destinadas a la búsqueda de la paz mediante la generación de empleo, el fortalecimiento de la educación y la cultura y el reconocimiento del valor social del trabajo.

Es uno de los críticos más fuertes del presidente en lo que respecta a las leyes de perdón para los paramilitares y por el impacto que la gestión de Uribe tuvo sobre el orden jurídico. Además, mostró rotundamente su rechazo a la reelección electoral, las reformas laboral y tributaria y, en general, la política social y económica de un Gobierno que, según opina, "ha trabajado duramente para hacer más pobres a los pobres y más ricos a los ricos".

En su ideario político, escribe que siempre ha creído que "las ideas son parte fundamental de la vida democrática". Gaviria, en su labor pública, siempre ha apostado por una política de paz negociada que represente los intereses de toda la sociedad y que implique la abolición de las iniquidades en que, a su juicio, está basada la sociedad colombiana.