Actualizado 04/09/2012 22:33

Santos ve una "oportunidad real" en el diálogo con las FARC, pero advierte de que seguirá la ofensiva militar

Las operaciones militares continuarán "con la misma o más intensidad" que hasta ahora, subraya el presidente colombiano


BOGOTÁ, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha defendido este martes de que el diálogo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que arrancará en Oslo la primera quincena de octubre supone una "oportunidad real" para lograr la paz, entre otras razones porque existen "suficientes garantías" y no implicará concesiones en el ámbito militar.

Santos ha comparecido en un discurso televisado para dar detalles de un proceso que el presidente colombiano ha considerado histórico y del que ve buenas perspectivas, aunque ha subrayado que "el éxito no se puede dar por descontado".

El diálogo, sin intermediarios ni concesiones en el ámbito de la seguridad, comenzará en Oslo y se trasladará posteriormente a La Habana y, además de la participación de Noruega y Cuba como "anfitriones y garantes", contará con la de Venezuela y Chile en calidad de "acompañantes".

Las conversaciones "se mediarán en meses, no en años", ha apuntado Santos, quien ha dejado claro que la continuidad del diálogo depende de revisiones "cada cierto tiempo". "Si no hay avances, sencillamente no seguimos", ha dicho.

La agenda de las negociaciones se basa en cinco puntos, el primero de los cuales es la potenciación del desarrollo rural para "dar mayor acceso a la tierra" y "llevar infraestructuras a regiones apartadas", de tal forma que se pueda "repartir de manera más equitativa la prosperidad por todo el territorio".

En segundo lugar, se discutirán garantías para el ejercicio de la acción política y la participación, es decir, "que quienes disientan y protesten lo hagan sin temor", según ha explicado Santos, que ha situado como tercer punto "el fin mismo del conflicto armado", el abandono de las armas por parte de las FARC y la "reintegración" de los guerrilleros en la vida civil.

El presidente ha señalado como cuarta cuestión el narcotráfico "que tanto daño hace al país" y, en relación a este tema, ha afirmado que si el proceso ayuda a combatir el tráfico de drogas ya habrá servido para algo. Por último, la hoja de ruta recoge los derechos de las víctimas, cuyo cumplimiento es una "obligación de todos", a juicio de Santos.

Santos ha aclarado que cada uno de estos cinco puntos serán verificados con el objetivo de alcanzar "una paz estable y duradera" en el país sudamericano, que aspira a dar carpetazo a uno de los conflictos internos más antiguos del mundo, con "medio siglo de violencia".

"Si ponemos fin al conflicto, los colombianos estaremos ante un mundo lleno de oportunidades", ha dicho Santos, que ha cargado sobre sus hombros, "y los de nadie más", la responsabilidad de un hipotético fracaso.

SIN CONCESIONES

Santos, en la mitad de su mandato, ha defendido que su Gobierno "hace lo correcto", entre otros motivos porque no ofrece "concesiones" a las FARC. "Yo sé lo que es la guerra", ha llegado a decir el presidente, ministro de Defensa durante la administración de su mentor y ahora detractor Álvaro Uribe.

Entre las razones que diferencian este principio de acuerdo entre Bogotá y las FARC de cualquier otro, Santos ha indicado que ahora existen "suficientes garantías" y ha agradecido la "seriedad" con la que se ha comportado la guerrilla.

Durante el proceso --"serio y discreto"-- los militares no se retirarán de ningún territorio de Colombia ni se producirá ningún cese de operaciones. "No habrá concesiones de ningún tipo en el terreno militar", hasta el punto de que las operaciones continuarán "con la misma o más intensidad" que hasta ahora, ha apostillado Santos.

En este sentido, ha señalado que las autoridades responderán con "total contundencia" a cualquier posible ataque de las FARC o aumento de la violencia.

Las anteriores negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC tuvieron lugar durante la presidencia del conservador Andrés Pastrana y se extendieron entre 1999 y 2002, aunque fracasaron por la intensidad de la ofensiva militar y los secuestros por parte del grupo rebelde.