Publicado 15/11/2021 16:30

El Constitucional de RDC se declara incompetente para juzgar por malversación al ex primer ministro Matata Ponyo

MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Constitucional de República Democrática del Congo (RDC) se ha declarado este lunes incompetente para juzgar por supuesta malversación al ex primer ministro Augustin Matata Ponyo (2012-2016).

El tribunal ha indicado que los argumentos de los abogados de la defensa están fundamentados y ha indicado que se declara incompetente para continuar con los procedimientos, abiertos en octubre, según ha recogido el portal congoleño de noticias 7sur7.

En respuesta, Frédéric Kwamba, uno de los abogados del ex primer ministro ha señalado que la decisión "es un triunfo del Derecho". "El Derecho es una ciencia exacta, como las matemáticas", ha argüido.

"Los jueces están vinculados con las reivindicaciones de la multitud", ha indicado, antes de agregar que Matata Ponyo no puede ser juzgado ante el Tribunal de Casación.

En este sentido, ha manifestado que "los hechos habrían tenido lugar cuando era primer ministro y el Tribunal de Casación no tiene competencia a una persona que habría cometido infracciones cuando era primer ministro".

Kwamba ha argüido que en la actualidad ninguna jurisdicción tiene prerrogativas para lanzar un caso contra un antiguo jefe de Gobierno y ha hecho hincapié en que "en materia penal, el principio está claro".

"Alí donde la ley no dice nada, nadie puede inventarse un camino. No hay ninguna ley en nuestro país que estipule la forma de juzgar a un ex primer ministro. Es necesario que haya una ley, como es el caso de los antiguos presidentes", ha zanjado.

Matata Ponyo está acusado de malversar 205 millones de los 285 millones de dólares que se destinaron para la construcción del parque agroindustrial Bukanga Lonzo en la capital, Kinshasa, siendo él considerado "autor intelectual" de este desfalco, según un informe de la Fiscalía de noviembre de 2020.

El parque agroindustrial Bukanga Lonzo fue una de las iniciativas más ambiciosas del gobierno de Matata Ponyo, aunque luego acabó siendo una de las operaciones más ruinosas del Estado. Iniciado en 2014, tenía como objetivo satisfacer la necesidad de comida, con el cultivo a gran escala de maíz, judías, carnes y hortalizas.

El proyecto, abandonado desde 2017 cuando ya se empezaba a producir harina de maíz, no solo venía a resolver la falta de alimentos de la población, sino también a reducir de manera significativa el gran impacto económico, unos 2.000 millones de dólares al año, que suponía la exportación de estos productos.