MADRID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
El enviado especial de Estados Unidos para Corea del Norte, Sung Kim, ha llegado este sábado a Seúl, donde se reunirá con sus homólogos de surcoreanos y rusos en medio de una nueva escalada de tensiones entre los países de la península por un ejercicio militar entre Corea del Sur y los estadounidenses.
"Espero con ansias sostener estrechas consultas con nuestros colegas del Gobierno surcoreano" ha expresado Kim ante los medios de comunicación presentes a su llegada al Aeropuerto Internacional de Incheon, situado en el oeste de la capital de Corea del Sur, según informa la agencia de noticias Yonhap.
Además, el enviado estadounidense ha informado de que durante este periodo también mantendrá un encuentro con el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Igor Morgulov, quien también ha llegado a Seúl este mismo sábado.
En la agenda de Kim están programados dos encuentros bilaterales con el jefe negociador nuclear de Corea del Sur, Noh Kyu-duk, para discutir la forma de lograr un progreso sustancial en los esfuerzos para la completa desnuclearización y el establecimiento de la paz duradera en la península coreana, según ha detallado el Ministerio de Asuntos Exteriores surcoreano.
Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha emitido un comunicado de prensa en el que ha defendido que la visita de Kim a Seúl representa el "compromiso" que guardan Washington y Seúl de sostener una "estrecha y constante colaboración" sobre los asuntos de Corea del Norte, a la par que buscan avanzar hacia la desnuclearización de la zona.
Sin embargo, aunque Morgulov se encontrará en Corea del Sur durante un periodo aproximado de seis días, y se reunirán con Noh el martes, aún no se ha concretado una sesión a tres bandas junto con Kim, según recoge la agencia de noticias surcoreana basándose en fuentes de la Cancillería de Corea del Sur.
Kim tratará también de evaluar las últimas tensiones con Corea del Norte, que ha amenazado con desatar una "crisis de seguridad" en respuesta a los ejercicios militares conjuntos estadounidenses y surcoreanos de esta semana, que Pyongyang ha interpretado una vez más como una amenaza implícita contra el país.
Respecto al estado de las relaciones entre ambas naciones de la península de Corea, cabe decir que Seúl logró un raro momento de aperturismo a finales del mes pasado al conseguir la reapertura de los canales de comunicación con Pyongyang, aunque las autoridades norcoreanas pidieron no extraer conclusiones precipitadas sobre esta decisión. Sin embargo, sí que pidieron la anulación de los habituales ejercicios militares entre Corea del Sur y Estados Unidos como gesto de buena voluntad.
La celebración de los mencionados simulacros provocó una nueva queja norcoreana contra Corea del Sur y Estados Unidos, quienes "se darían cuenta de la peligrosa decisión que tomaron y de la grave crisis de seguridad a la que van a enfrentarse con esta equivocada elección". La queja se tradujo este pasado jueves en la prohibición de navegación en las inmediaciones de su costa este, en lo que parece tratarse de un prolegómeno para realizar nuevas pruebas de misiles.