Publicado 13/05/2020 15:23

Coronavirus.- El coronavirus suma un nuevo desafío a la frágil Somalia

Coronavirus.- El coronavirus suma un nuevo desafío a la frágil Somalia
Coronavirus.- El coronavirus suma un nuevo desafío a la frágil Somalia - MSF

Las organizaciones internacionales revisan sus operaciones en un país donde gran parte de la población carece de atención médica

MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -

Somalia arrastra desde hace décadas una grave crisis social, política y económica a la que ahora se le ha sumado el coronavirus. Con al menos 1.170 positivos y 52 fallecidos hasta la fecha por la pandemia, las organizaciones advierten de que el país apenas está comenzando a sufrir los efectos de un nuevo reto que podría tener consecuencias devastadoras, habida cuenta del frágil sistema sanitario local.

La Organización Mundial para la Salud (OMS) ha intensificado sus operaciones en Somalia, un país donde se estima que el 50 por ciento de los residentes de zonas urbanas y el 15 por ciento de los de áreas rurales tienen acceso a atención médica. La amplitud del país y la dificultad de acceso a algunas zonas añade más complicaciones a esta cadena de factores.

"Solo podemos poner fin a la pandemia (a nivel mundial) si podemos acabar con ella en lugares como Somalia, donde las complicaciones son enormes a la hora de ir casa por casa buscando y rastreando contactos en zonas remotas o inseguras", explica el representante de la OMS, Mamunur Rahman Malik, al anunciar una iniciativa para contener potenciales focos de contagio.

La organización ha desplegado a 4.000 trabajadores que se encargarán de visitar al menos 5.000 casas al mes en busca de posibles casos activos y de potenciales contactos. Si alguno de estos empleados detecta un caso sospechoso, debe remitirlo a uno de los 44 equipos de respuesta rápida, a los que corresponde realizar pruebas u ordenar el aislamiento del paciente.

Para favorecer la difusión de la información, se utiliza un sistema de 'software' libre que ya se ha aplicado en el caso de Somalia para el rastreo de otra enfermedades, como el cólera o la polio. De hecho, el personal que trabaja en la vacunación contra la polio ha modificado su trabajo para sumarse también a los esfuerzos frente a la COVID-19, especialmente lejos de núcleos urbanos.

El alcalde de Mogadiscio, Omar Filish, advirtió la semana pasada de un repunte en la cifra de fallecidos en la capital somalí que haría temer una cifra real de víctimas superior a la oficial. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) también comparte ese temor, especialmente en vista del "aumento drástico" de casos en las últimas semnas.

No en vano, Somalia no abrió hasta el 8 de abril el primer laboratorio para hacer pruebas por coronavirus, que hasta entonces eran enviadas a Kenia. Horas después confirmó el primer fallecido por la pandemia.

ESPIRAL DE AMENAZAS

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) asegura que el conflicto armado, el cambio climático, la plaga de langostas y ahora el coronavirus se retroalimentan para convertirse en una amenaza "exponencial" de consecuencias "devastadoras", especialmente para los 2,6 millones de desplazados internos que hay en Somalia, muchos de ellos en asentamientos superpoblados.

En las últimas semanas, las fuertes lluvias han provocado nuevamente inundaciones repentinas en varias partes del país. La ONU estima que más de 200.000 personas se han visto afectadas por la pérdida de casas, tierras de cultivo y otros medios de subsistencia.

El representante de Médicos Sin Fronteras (MSF) para Somalia, Gautam Chatterjee, reconoce que la situación es "extremadamente complicada" en múltiples frentes. "A medida que los casos confirmados de COVID-19 aumentan rápidamente en todo el país, no nos podemos olvidar tampoco del resto de necesidades de los somalíes, señala en un comunicado.

Así, en un momento en el que "la capacidad de respuesta humanitaria se comprime a nivel mundial", recuerda que "habrá familias que se verán afectadas por desastres climáticos, mujeres que continuarán dando a luz, niños que seguirán enfermando por desnutrición y pacientes con enfermedades crónicas que seguirán requiriendo de medicación".

En el caso de Somalia, se agudizan además las carencias de equipos de protección para quienes están "en primera línea" frente al coronavirus, en la medida en que, "sin ellos, no hay respuesta posible a la pandemia ni a las necesidades generales de salud", como apunta Chatterjee.

El responsable de MSF recalca que, en un momento de emergencia mundial, es "vital" no olvidar "contextos con pocos recursos como Somalia donde las consecuencias directas y a largo plazo de la COVID-19 serán muy graves". "Este debe ser un momento para la solidaridad global y debemos trabajar de la mano para superar este inmenso desafío", advierte.