MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha hecho este viernes un balance del llamamiento a un alto el fuego global que hizo hace una semana para centrar los esfuerzos mundiales en la lucha contra el coronavirus y, aunque ha valorado que se han declarado treguas en algunos países, ha alertado de que en Yemen o Libia la guerra incluso se ha intensificado, por lo que ha vuelto a abogar por un fin de los combates, avisando de que "lo peor está por llegar".
"Un número sustancial de partes en conflicto han aceptado el llamamiento" a cesar las hostilidades, ha dicho, mencionando Colombia, Birmania, Filipinas, Ucrania, Camerún, Libia, Yemen, Siria, Sudán, Sudán del Sur y República Centroafricana.
Sin embargo, ha subrayado que "hay una enorme distancia entre las declaraciones y los hechos", el paso de "traducir las palabras en paz sobre el terreno". Así, ha señalado que hay "grandes dificultades" para implementar las treguas en guerras de larga data.
Guterres ha explicado que allí donde las armas se han silenciado "las ganancias iniciales son frágiles", mientras que "en muchas de las situaciones más críticas no solo no hemos visto que la lucha amaine, sino que en algunos casos se ha intensificado".
El jefe de la ONU ha puesto como ejemplo Yemen, donde el Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, apoyado por la coalición internacional que lidera Arabia Saudí, y los huthis, respaldados por Irán, llevan más de cinco años enfrentados.
"A pesar del apoyo expresado al alto el fuego por el Gobierno, Ansar Alá --nombre oficial de los huthis-- y otras muchas partes (...) el conflicto ha repuntado", ha lamentado y ha pedido a todos los implicados "poner fin a este catastrófico conflicto y a esta pesadilla humanitaria e ir a la mesa de negociaciones".
En Libia, el Gobierno de unidad nacional que reconoce la comunidad internacional y el Ejército Nacional Libio de Jalifa Haftar también "dieron la bienvenida a los llamamientos a parar la lucha". En cambio, "los enfrentamientos han aumentado drásticamente en todos los frentes obstaculizando los esfuerzos para responder eficazmente al Covid-19".
En tercer lugar, ha señalado Siria, con más de nueve años de guerra civil a la espalda. La tregua negociada por Turquía y Rusia para la provincia de Idlib, último bastión opositor, se está respetando, "pero es esencial una tregua nacional y permanente que permita expandir el acceso humanitario a todos los que llevan sufriendo casi una década".
Por último, se ha referido a Afganistán, donde la violencia ha aumentado, pese al anuncio de la conformación de una delegación de paz para entablar negociaciones directas con los talibán. "Creo que ha llegado el momento de que el Gobierno y los talibán cesen las hostilidades ahora que el Covid-19 se cierne sobre el país", ha reclamado.
Guterres también ha querido apelar a "todos los países con influencia sobre las partes en conflicto para que hagan todo lo posible para que la tregua se haga realidad". "Pido a todos los que puedan marcar una diferencia que lo hagan", ha enfatizado.
El secretario general ha aprovechado para reiterar que "en estos momentos solo puede haber una lucha en el mundo: la batalla común contra el Covid-19". "Hay una oportunidad para la paz, pero aún estamos lejos y es urgente", ha subrayado.
Además, ha advertido de que "ahora que el Covid-19 se está acercando a estos escenarios de conflicto", "lo peor está por llegar". "El virus ha demostrado lo rápido que se mueve por las fronteras, que devasta países y sega vidas (...). Debemos movilizar toda nuestra energía para derrotarlo", ha arengado.