MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades hondureñas animan a la población a que acuda a vacunarse mientras el país centroamericano sufre su peor pico de contagios y muertes por COVID-19: 230 personas han fallecido en la última semana por la enfermedad, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
El total de muertes en el país centroamericano, de 9,7 millones de habitantes, asciende a más de 8.500, mientras los nuevos contagios alcanzaron su máximo histórico la pasada semana.
Preocupa especialmente la situación de las mujeres embarazadas, después de que al menos cuatro mujeres gestantes hayan muerto en los últimos cuatro días tras contraer la enfermedad.
De las 150.000 embarazadas que se estima hay en el país, solo se han vacunado 15.000, según la Secretaría de Salud. "Un 50 por ciento de ellas tiene temor a recibir la vacuna", ha asegurado José Abastida, ginecólogo del Instituto Hondureño de Seguridad Social, en declaraciones recogidas por el diario 'La Prensa'.
La jefa del Laboratorio Nacional de Vigilancia hondureño, Mitzi Castro, ha declarado durante una entrevista en el diario 'El Heraldo' que el sistema inmunológico de las embarazadas es más débil, y por ello son más vulnerables.
"Hay vacunas de sobra pero la gente no se quiere vacunar. Y si no se quieren vacunar vamos a tener los hospitales llenos de pacientes", ha asegurado Castro.
Y esto a pesar de los cuatro 'vacunatones' que las autoridades hondureñas han organizado desde comienzos de agosto para acercar las vacunas a las diferentes regiones del país.
En todos ellos se han superado las metas de vacunación. El total de vacunados asciende ya a los 3,5 millones, de los cuales cerca de un millón tienen ya la pauta completa, según ha anunciado en Twitter el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.
En Honduras se utilizan desde comienzos de agosto los compuestos de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Sputnik V.