MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Hungría han dado por superado el pico de la actual ola de contagios de coronavirus, a pesar de que el país tiene la mayor tasa de mortalidad del mundo por COVID-19, fruto en gran medida de los datos sin precedentes de casos que se registraron durante el mes de marzo.
El Ministerio de Sanidad ha informado este martes de 1.645 nuevos positivos, hasta un total de 754.833 desde el inicio de la pandemia. Las autoridades estiman en unos 268.000 los casos activos y en 25.580 los fallecidos, 199 más que en el balance del lunes.
"Nuestros datos están mejorando. Estamos viendo un ligero descenso después de llegar a la meseta", ha explicado la responsable médica del Gobierno, Cecilia Muller, en rueda de prensa. Por primera vez desde mediados de marzo, son menos de mil los pacientes que necesitan respiración asistida.
La mejora, sin embargo, no se nota aún en la tasa de mortalidad, ya que Hungría acumulaba hasta el domingo una incidencia semanal de fallecidos de 180,9 por millón de habitantes, un 4 por ciento más que la semana anterior, según un análisis de la agencia Bloomberg que sitúa a este país a la cabeza de la lista negra de fallecidos.
El lunes se retomaron las clases para los alumnos de menor edad y está prevista también esta semana la reanudación de la actividad hostelera en terrazas, a pesar de los avisos de varias asociaciones que consideran prematura la desescalada.