Publicado 10/05/2020 09:59

Coronavirus.- Médicos del Mundo teme que en Burkina Faso solo se esté viendo "la punta del iceberg" de la pandemia

Coronavirus.- Médicos del Mundo teme que en Burkina Faso solo se esté viendo "la
Coronavirus.- Médicos del Mundo teme que en Burkina Faso solo se esté viendo "la - Faiz Abu Bakr/APA Images via ZUM / DPA

Reivindica que se siga apoyando la asistencia humanitaria, vital para la supervivencia de muchos burkineses

MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -

Burkina Faso no es a día de hoy uno de los países más castigados por la pandemia de coronavirus pero existe el temor de que en realidad los datos que ofrece el Gobierno solo sean la "punta del iceberg" dada la debilidad de su sistema sanitario y sus limitados recursos, habida cuenta además de que atraviesa una grave crisis humanitaria a raíz del deterioro de la seguridad en los últimos años.

Por ahora el país no ha superado aún la barrera de los 1.000 contagios, con 748 casos y 48 fallecidos así como 569 pacientes curados hasta este sábado, cuando sumó otros cuatro contagios más. El aumento diario tiende a ir a la baja, con muchos días con menos de diez casos, resalta la coordinadora de Médicos del Mundo en Burkina Faso, Ángela Sevillano, que pese a querer ser "optimista", duda de que esta sea la realidad.

Aunque aún se desconocen muchos aspectos en torno a la Covid-19, y cabe la posibilidad de que en países como Burkina Faso se propague a "menor velocidad", se muestra convencida de que el dato "no refleja en absoluto la realidad" de la pandemia. "Estamos viendo la punta del iceberg", subraya en entrevista con Europa Press, aunque reconoce que en ningún país se conoce el número real.

Igualmente, muestra sus dudas sobre la idoneidad de levantar ya algunas de las restricciones que había impuesto el Gobierno, con la reapertura de mercados y mezquitas y la reanudación del transporte interurbano. "Se están relajando probablemente demasiado las medidas y es algo que preocupa a la comunidad humanitaria", admite, incidiendo en que "se ha vuelto bastante a la normalidad".

En el caso de este país del Sahel, al inicio de la pandemia solo había un laboratorio para hacer los test en Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad del país, lo cual limitaba la capacidad de realizar las pruebas, si bien ahora hay tres más en la capital, Uagadugú. Al no poderse hacer muchos test, tampoco hay muchos positivos, incide.

Además, explica, el protocolo adoptado por el Gobierno no contribuye especialmente a que los eventuales pacientes salgan a la luz. La recomendación, en caso de tener síntomas, es llamar a un número de teléfono, donde "es una lotería" que te atiendan, donde decidirán si es pertinente realizar la prueba y enviar a un equipo de intervención rápida al domicilio para tomar muestras y realizar la prueba.

RETICENCIA Y DESCONOCIMIENTO DE LA POBLACIÓN

Por otra parte, subraya Sevillano, "existe mucha reticencia de la población" en parte por "miedo a la estimagtización" que pueda conllevar estar enfermo de Covid-19 --"en el imaginario colectivo está el ébola" aunque en el país no haya habido brotes-- y por otro la desinformación y las dudas de que vayan a recibir la atención adecuada si acuden a un centro de salud.

"La gran mayoría de la población no es consciente de los riesgos y lo que puede implicar esta pandemia", subraya la responsable de Médicos del Mundo. "Viven literalmente al día y su principal preocupación es encontrar el alimento para alimentarse ellos y sus familias", añade.

Según Sevillano, con muchas de las personas con las que ha hablado en Uagadugú "no dan mucha importancia al coronavirus, consideran que es una enfermedad de blancos y que en cualquier caso prefieren arriesgarse a coger el virus, que llegado el caso no creen que les vaya a matar, a morirse de hambre o dejar morir de hambre a su familia".

En las zonas rurales, el desconocimiento es aún mayor. En la región del Sahel, en el norte y una de las más golpeadas por la inseguridad, el personal de la ONG cree que pese a las tareas de sensibilización "el 80 por ciento no le da ninguna credibilidad a la enfermedad", eso sin tener en cuenta de que se llega a muy pocos debido a las circunstancias.

Por ello, en opinión de Sevillano, una de las claves para atajar la pandemia es "la sensibilización comunitaria y hacer partícipe a la comunidad". En este sentido, apuesta por contar con los jefes tradicionales, los líderes religiosos, los grupos de jóvenes y mujeres. "Con esa gente es con la que se debería contar para llegar a las comunidades", insiste.

Además, considera que tampoco debería dejarse de lado a la medicina tradicional y los curanderos. "Muchas veces son los que van a detectar un aumento de personas con síntomas de gripe como para dar la voz de alarma en determinadas zonas", resalta.

UN SISTEMA DE SALUD MUY FRÁGIL

Y por otra parte, hacen falta medios, tanto humanos como materiales, algo de lo que Burkina Faso carece. En algunas de las zonas más afectadas por la inseguridad hasta el 90 por ciento de los centros de salud están cerrados y cuando el coronavirus llegó al país solo había un único respirador y 20 camas de UCI para los más de 20 millones de habitantes.

Ahora, en total habría en torno a diez respiradores, mientras que las plazas de cuidados intensivos se han incrementado, pero no lo suficiente. Como ilustra Sevillano, el país africano tiene 1.626 facultativos y 16.945 enfermeras y enfermeros, mientras que solo en Madrid, con 6,6 millones de habitantes, hay 16.861 facultativos y 20.965 enfermeras y enfermeros.

Ante este panorama, Médicos del Mundo ha reforzado sus capacidades de prevención y respuesta en los siete distritos sanitarios en los que trabaja --uno en la capital, dos en Bobo-Dioulasso, y el resto en Centro-Norte y Sahel--, donde ha procedido a suministrar material y kits de prevención como geles hidroalcohólicos o mascarillas, entre otros, además de formar a 200 agentes de salud en protocolos de prevención y control de la infección.

Asimismo, uno de los médicos de la ONG forma parte de la comisión encargada de la lucha contra la pandemia de la que forman parte el Ministerio de Sanidad y la OMS, entre otros, y que es la encargada de la elaboración de los protocolos de control y prevención, así como de tareas de limpieza y desinfección, misiones de evaluación de necesidades y la coordinación de la respuesta.

Pero al margen de la pandemia, Burkina Faso atravesaba ya una grave crisis humanitaria. La violencia yihadista e intercomunitaria han dejado a 2,2 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria y provocado más de 840.000 desplazados internos. Para poder ayudarles, la ONU y las ONG solicitaron 312 millones de dólares para 2020, de los que hasta ahora se han recibido el 20 por ciento.

HAY QUE MANTENER LA AYUDA HUMANITARIA

El coronavirus ya está afectando en la labor de las ONG, que se han visto obligadas a reorientar sus escasos fondos a la respuesta frente a la pandemia, además de reducir los desplazamientos de personas y adoptar medidas de prevención frente al contagio en sus programas. "No se puede girar 180 grados y reorientar todo a Covid-19 porque la asistencia humanitaria es vital", advierte, subrayando que las organizaciones humanitarias se están viendo obligadas a hacer "equilibrismo".

Por eso apela a la unidad y la solidaridad. "Tenemos que estar unidos, no vale con que solo supere la crisis una parte del mundo, hasta que no se supere a nivel global en ninguna parte del mundo estaremos a salvo", previene, incidiendo en que para ello "hacen falta recursos" pero sin olvidar la asistencia humanitaria, que "ya estaba escandalosamente infrafinanciada".

"Es ahora cuando hay que trabajar, no cuando las cifras exploten", insiste la responsable de Médicos del Mundo. "No podemos esperar a dejarlo en un limbo a ver qué pasa y que sea tarde" y a los muertos por coronavirus se sumen más personas que pasan hambre o en la pobreza, reivindica.