MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), George Tsereteli, ha pedido este martes "coordinación y solidaridad" para responder a la crisis derivada de la pandemia de coronavirus, con énfasis en los Derechos Humanos y las medidas económicas.
"A medida que hacemos frente a la amenaza global de la pandemia de coronavirus, todos luchamos por tomar las decisiones correctas (...) Espero que mientras deliberamos y hagamos estas duras peticiones, todos mantengamos ciertos principios en mente", ha indicado Tsereteli en un comunicado.
"Una es que, para tener éxito, debemos perseguir el nivel más alto de coordinación posible", ha insistido, al tiempo que ha reconocido que "será más efectivo a largo plazo" si cada gobierno "toma decisiones que no sólo son para el mejor interés" de sus ciudadanos, sino también de países vecinos, socios comerciales y otros miembros de la comunidad internacional.
En este sentido, ha pedido seguir las recomendaciones esbozadas por las autoridades de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ahora insta a los gobiernos a priorizar las pruebas de cada caso sospechoso.
"A medida que los gobiernos desarrollan respuestas a la crisis y mientras muchos declaran estados de emergencia, también es vital que se respeten plenamente los Derechos Humanos", ha continuado Tsereteli, aludiendo a que la exención de derechos debe limitarse "estrictamente" a los requisitos de la situación y debe ser "proporcionada, no discriminatoria y coherente con otras obligaciones legales".
En cuanto a las medidas económicas, ha instado a los gobiernos a "priorizarlas", incluidas la asistencia de personas más necesitadas y la planificación de contingencias a largo plazo.
"Muchas personas vulnerables podrían verse superadas por esta crisis, por lo que es importante garantizar que las redes de seguridad estén en su lugar para suavizar el impacto", ha considerado.
"Las empresas también necesitan asistencia y debemos asegurarnos de abordar los riesgos de un círculo vicioso que podría conducir a una grave crisis económica con todos sus efectos perjudiciales", antes de reconocer el trabajo del personal sanitario en el marco de la crisis por el Covid-19, que ha dejado casi 8.000 fallecidos y más de 198.000 afectados a nivel global.