MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -
El exministro de Salud de Brasil Eduardo Pazuello ha responsabilizado este jueves a los proveedores y al Gobierno de Amazonas del colapso médico y la falta de oxígeno que padecieron los hospitales y los centros médicos del estado, desatando el pasado mes de enero una de la peores crisis sanitarias del país desde que estalló la pandemia hace poco más de un año.
Durante su segundo día compareciendo ante la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), Pazuello ha argumentado que los proveedores White Martins y Carbox gastaron "su reserva estratégica" de oxígeno y no alertaron de ello, y cuestiona a la secretaría de Salud de Amazonas por no haber seguido la situación, pues en caso de haberlo hecho "habría descubierto que se estaba consumiendo".
"Veo ahí dos responsabilidades muy claras", ha argumentado Pazuello durante su intervención, en la que ha vuelto a defender, como hizo el miércoles, la labor del Gobierno durante la crisis, aunque él mismo ha reconocido que no fue consciente de la gravedad de la situación hasta que no llegó a Manaos, la capital de Amazonas, a mediados de enero.
Pazuello ha asegurado que una vez en Manaos, "cuando tuvieron conocimiento" de lo que estaba sucediendo no solo en la capital, sino en todo el estado, los funcionarios del Ministerio de Salud fueron "muy proactivos" y "activaron todo aquello que se tenía que activar".
Cuestionado acerca de por qué se tardó tanto en actuar, Pazuello ha revelado que hubo intención de ello, pero señaló al gobernador de Amazonas, Wilson Miranda Lima, como responsable de que no se interviniera antes.
"Esa decisión no era mía. Se llevó a una reunión de ministros, el gobernador se presentó, se explicó y se decidió por la no intervención", ha dicho Pazuello, quien tiene también una investigación en su contra del Tribunal Supremo de Brasil por las posibles omisiones en las que habría incurrido en la crisis de Amazonas.
Amazonas, uno de los estados brasileños más depauperados, fue una de las regiones que más sufrió los envites de la pandemia. En el inicio de la segunda ola a mediados de enero, Manaos sufrió el colapso de su sistema de salud, con una alarmante escasez de oxígeno y unidades de cuidados intensivos, volviendo a poner de actualidad las imágenes de cementerios y crematorios abarrotados.