Publicado 18/11/2020 17:38

Coronavirus.- Terroristas y extremistas se valen de las redes sociales para incitar a usar el coronavirus como arma

Logos de redes sociales en una pantalla
Logos de redes sociales en una pantalla - JEFF GRITCHEN / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

También aprovechan para minar la confianza en los gobiernos y para reforzar su imagen y atraer nuevos miembros

MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los grupos terroristas, extremistas y el crimen organizado han sabido ver una oportunidad en la pandemia de coronavirus, aprovechándola para forjar sus redes de apoyo, minar la confianza de los ciudadanos en los gobiernos e incluso incitar a contagiar intencionadamente el virus, como si fuera un arma, valiéndose principalmente de las redes sociales.

Esa es la principal conclusión del informe 'Parad el virus de la desinformación: El riesgo de un uso malicioso de las redes sociales durante la COVID-19 y las opciones tecnológicas para combatirlo' publicado por el Instituto de Investigación sobre la Justicia y el Crimen Interregional de la ONU (UNICRI) en el que se han analizado los mensajes en este periodo de grupos terroristas vinculados a Al Qaeda y Estado Islámico, grupos de extrema-derecha así como del crimen organizado.

Según explica la directora de UNICRI, Antonia De Meo, "los grupos terroristas, extremistas violentos y del crimen organizado están intentando aprovechar la pandemia de coronavirus para expandir sus actividades y lastrar la eficacia y la credibilidad de las medidas de respuesta de los gobiernos".

Aunque el uso malicioso de las redes sociales no es nada nuevo, reconoce en el prólogo del informe De Meo, "resulta alarmante que algunos grupos terroristas y extremistas violentos hayan intentado usar indebidamente las redes sociales para incitar a potenciales terroristas a propagar intencionadamente la COVID-19 y a usarla como una forma improvisada de arma biológica".

Así, se han usado mensajes en redes sociales con el fin de inspirar actos de terrorismo. "Hay casos en los que grupos de extrema-derecha, como CoronaWaffen, pidieron explícitamente a sus seguidores propagar el virus tosiendo sobre una minoría local o asistiendo a lugares públicos específicos donde se reunieran minorías religiosas o raciales", explica el informe. Otros grupos, como Eco-Fascist Central, "abogan por la propagación del coronavirus en países con una gran población o altos niveles de contaminación".

Por otra parte, también se han detectado mensajes en los que por ejemplo se llamaba a los miembros de Estado Islámico que habían contraído la COVID-19 a "actuar como 'bombas biológicas' para propagar deliberadamente la enfermedad entre sus enemigos".

El informe hace referencia en particular al caso de Timothy Wilson, abatido por agentes del FBI el pasado 24 de marzo en Kansas, Estados Unidos, cuando planeaba detonar una bomba en un hospital que atendía a pacientes con coronavirus. El sospechoso estuvo activo en al menos dos canales de Telegram neonazis y mantuvo contacto con un soldado que planeaba un ataque contra una cadena de noticias y discutió sobre atentar contra el candidato demócrata a la Presidencia.

MINAR A LOS GOBIERNOS

Los grupos analizados también han aprovechado para tratar de perjudicar la confianza de los ciudadanos en los gobiernos y para reforzar su mensaje y con ello su estrategia de reclutamiento, según el informe.

En este sentido, sobre todos los grupos de extrema-derecha, han usado las redes sociales para propagar teorías de la conspiración y desinformar sobre el virus, expandiendo sus redes al explotar algoritmos que identifican a personas que potencialmente pueden simpatizar con sus ideas y que han reenviado memes concretos o dicho que les gustan.

Entre las teorías de la conspiración que se han propagado figura la "identificación de la red de telefonía móvil 5G como un vehículo para transmitir el virus o la falsa afirmación de que la pandemia ha sido orquestada por Bill Gates para implantar microchips en los seres humanos, o la idea falsa de que el virus es una broma y no existe".

Por último, la crisis económica desencadenada por la pandemia también ha dado la oportunidad, principalmente a los grupos criminales, de hacerse con el control de compañías y tiendas legales que podrían estar en peligro de bancarrota, diversificando con ello su negocio, como ha ocurrido con los cárteles de la droga en México, que han tratado de hacerse con farmacias en cuatro estados.

En este sentido, han aprovechado para "promover una imagen positiva" de sí mismos, abriendo por ejemplo un centro de tratamiento de coronavirus en el caso de Al Shabaab, y reforzar la idea de que pueden ser un "estado dentro del estado", capaz de ofrecer ayuda y apoyo a la población en situaciones como la de la pandemia.

Así, "algunos grupos criminales han intentado desempeñar el papel del Gobierno y las instituciones oficiales dentro de los territorios donde tienen una fuerte presencia, adoptando estrictas medidas sanitarias, como confinamientos, o apoyando directamente a la población con comida" y otra ayuda. Sin embargo, subraya el informe, "su principal objetivo no es proteger a la población local sino sus intereses criminales" ante la eventual llegada de refuerzos de las fuerzas de seguridad.

Un buen ejemplo de ello han sido los cárteles de la droga en México, que han distribuido cajas de ayuda con su logotipo, como hizo entre otros una hija de Joaquín 'El Chapo' Guzmán. También algunos mafiosos italianos han recurrido a este tipo de actividades, que posteriormente han publicitado en las redes sociales, igual que los mexicanos.